Por primera vez en los últimos 16 años, la generación de energías renovables superó a la de energías térmicas en Chile. Un importante hito a destacar en el camino de la transición energética de nuestro país y un avance concreto hacia el logro de los objetivos establecidos en la Ley Marco de Cambio Climático, promulgada en 2022 y que establece, entre otros objetivos, que Chile sea carbono neutral para el año 2050.
En este proceso de transición hacia el uso de energías más limpias, se ha hablado mucho del potencial de Chile como productor de hidrógeno verde. En el año 2020, el gobierno de Sebastián Piñera presentó la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde, la que establece 3 objetivos a mediano y largo plazo: Producir el hidrógeno verde más barato del planeta para 2030, estar entre los 3 principales exportadores para 2040 y contar con 5 GW de capacidad de electrólisis en desarrollo al 2025.
¿Por qué el Hidrógeno Verde?
El hidrógeno verde se ha convertido en protagonista del panorama de energías renovables en nuestro país, sobre todo porque se le reconoce el potencial que tiene de revolucionar la oferta de energía mundial. De acuerdo con datos de la Agencia Internacional de Energía Renovable, se estima que para 2050 el hidrógeno representará hasta el 12% de la energía mundial utilizada, e identifica a Chile, Marruecos y Namibia entre los países que podrían emerger como exportadores de hidrógeno verde.
La importancia del hidrógeno verde radica en su capacidad de actuar como una fuente energética que no produce gases de efecto invernadero en su uso y su potencial para reemplazar fuentes de energía fósiles utilizadas para combustible, electricidad, calefacción y diversos compuestos. Uno de los objetivos establecidos en la Estrategia Nacional apunta a que Chile se convierta en el productor del hidrógeno verde más barato del mundo para fines de esta década y que se sitúe entre los tres exportadores principales a nivel mundial para 2040.
Sin embargo, en la actualidad, Chile no produce hidrógeno verde a escala industrial. Según proyecciones del Ministerio de Energía, mediante una combinación de fondos públicos y privados, la inversión en hidrógeno verde y otros productos derivados podría llegar a los USD 45.000 millones para 2030, y USD 330.000 millones para 2050. Por esto, generar acuerdos de colaboración público privada se hacen urgentes para poder seguir potenciando esta transición energética, y ya existen algunas iniciativas que permiten continuar avanzando hacia una matriz energética sostenible y relevando a Chile como una potencia internacional en la generación de este tipo de energías.
Hidrógeno Verde y acuerdos con la UE
La Unión Europea ha reconocido a Chile como un socio clave en la lucha contra el cambio climático, reconociendo sus esfuerzos y las metas nacionales para alcanzar la carbono neutralidad de aquí a 2050, así como su capacidad para producir las materias primas esenciales para la descarbonización a nivel global. En este contexto, y apostando por la creciente demanda por hidrógeno verde, la UE se ha comprometido a trabajar de la mano con Chile para potenciar el desarrollo de la industria del hidrógeno renovable, en el marco de la alianza Global Gateway.
Para abordar este desafío, ambas regiones suscribieron dos acuerdos de cooperación, con una inversión conjunta de 225 millones de euros en un ejemplo del tipo de colaboración que la Unión Europea quiere impulsar con Chile y América Latina, para avanzar hacia nuevas fuentes de energía y economías climáticamente neutrales y limpias.
Uno de estos acuerdos es el Proyecto Team Europe para el Desarrollo de Hidrógeno Renovable en Chile, un programa que brindará asistencia técnica, conocimientos y tecnología para fortalecer las bases de la economía del hidrógeno renovable. Además, se estableció la Plataforma de Financiación Global Gateway para el Hidrógeno Renovable en Chile, una iniciativa de la Unión Europea, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y el Banco Alemán de Desarrollo (KfW), destinada a financiar proyectos de producción y uso de hidrógeno verde en el país.
La Unión Europea (UE) y América Latina y el Caribe (ALC) son actores clave en la preservación del clima. ALC es la región del mundo que menos gases de efecto invernadero genera y contiene el 50% de la biodiversidad del planeta, vital para su equilibrio ecológico, siendo esencial para alcanzar objetivos climáticos y ambientales globales. Por su parte, la Unión Europea (UE) también lidera iniciativas significativas para descarbonizar la economía, combatir el cambio climático, generar la transición a una economía más sostenible, acelerar una transición verde equitativa y promover una transformación energética robusta.
En este contexto, la colaboración entre la Unión Europea y Chile es fundamental para fomentar un impacto positivo en el medio ambiente, mediante soluciones sostenibles e innovadoras, la mejora en la calidad de vida de los ciudadanos y asegurar un futuro para las generaciones venideras, a través de las inversiones de Global Gateway y de un diálogo continuo con organizaciones regionales y locales.