El 2023 estuvo cargado de nuevos descubrimientos científicos, desde un antiguo cetáceo llamado Perucetus colossus, que podría haber sido el animal más grande de la historia; hasta el descubrimiento de nuevos planetas, los cuales dejan el registro de hallazgos de planetas en más de 5 mil 500. Pero dentro de los descubrimientos de este año, destaca, por sobre el resto, la detección del sonido de las ondas gravitacionales de baja frecuencia.
Ondas de baja frecuencia: las voces del universo
A pesar de que se descubrieron hace más de un siglo y que se detectaron hace casi 10 años atrás, este año la ciencia y, particularmente, la astronomía lograron por primera vez percibir el sonido que generan las ondas gravitacionales de baja frecuencia. Un avance que promete una nueva forma de entender el universo.
Hace más de 100 años, Albert Einstein propuso la existencia de ondas gravitacionales, las que consisten en que cuando uno o más cuerpos se mueven en el espacio u orbitan entre sí, generan ondulaciones similares a las que se dan cuando lanzamos una piedra al agua. Si bien estas ondas son invisibles, se mueven a gran velocidad contrayendo y estirando cualquier cuerpo que encuentran en su camino.
Recién en 2015 el mundo de la ciencia pudo confirmar lo afirmado por el científico más de un siglo antes, al identificar una de estas ondas en el espacio producto de dos agujeros negros que colisionaron hace 1,3 millones de años y este año, por primera vez, se ha podido escuchar el “zumbido” cósmico que generan estas ondas gravitacionales de baja frecuencia.
El mito del silencio y la música del cosmos
Para la investigación, los científicos apuntaron sus telescopios a objetos llamados púlsares, más específicamente a 78 de ellos, los cuales son núcleos extremadamente densos de estrellas explotadas que emiten destellos de ondas mientras giran como faros.
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A través de los púlsares, los investigadores describieron el fondo de ondas gravitacionales del universo como el equivalente a escuchar el zumbido de un gran grupo de personas hablando, sin poder distinguir ninguna voz individual.
Voces constantes, como cuando estás parado en medio de una fiesta "y oyes a varias personas hablando, pero no escuchas nada en particular", explica Marc Kamionkowski, astrofísico y teórico estadounidense de la Universidad Johns Hopkins.
Ondas gravitacionales de baja frecuencia: una nueva forma de ver el universo
Los hallazgos sugieren que había más agujeros negros en el universo temprano de los que se pensaban. Algo que entusiasma a los científicos, pues seguir estudiando este nuevo tipo de ondas gravitacionales podría ayudar a desentrañar detalles sobre los orígenes de nuestro universo y explicar mejor las fuerzas invisibles que impulsan el cosmos.
Desde la mirada de Bernardita Ried, física de la Universidad de Chile y estudiante de astrofísica de la Universidad de Stanford, el descubrimiento “nos ayuda a detectar cómo se forman las galaxias hoy en día, cómo se dió el inicio del cosmos y a la evolución de este”. Convirtiendo este hallazgo, en uno que dará paso a “revelaciones que ni siquiera podemos imaginar en este momento”, dice Reid.