El 2024 está a la vuelta de la esquina, un año que contará con la particularidad de tener un día más en el mes de febrero, es decir, tendrá 366 días de calendario. Lo anterior, por ser un año bisiesto, tal como fueron el 2020, 2016, 2012 y el 2008 anteriormente. Pero, ¿sabías qué hay años que no cumplen la regla de ser bisiestos a pesar de tener los requisitos para serlos?
¿Qué años son los bisiestos?
El año 2000, al igual que los años 1996 y 2004, fue un año bisiesto. Por ello, febrero tuvo 29 días esos años. Por otro lado, los años 1999, 2001, 2002, 2003 y 2005 no fueron años bisiestos y sólo tuvieron 28 días en febrero. ¿La explicación? El funcionamiento científico del calendario gregoriano.
¿Cómo funcionan los años bisiestos?
Introducido por primera vez en 1582 por el Papa Gregorio XIII como reemplazo del calendario juliano, el calendario gregoriano se utiliza en todo el mundo con fines civiles. Las reglas del calendario gregoriano para los años bisiestos tienen tres partes:
- Cuando un año es divisible por 4, un año gregoriano es un año bisiesto. Por ende, tiene un día más en febrero o 366 días en total (por ejemplo, 1996/4 = 499, por lo que 1996 es un año bisiesto).
- Pero la regla anterior sólo se considera si el año no es divisible por 100. Por ende, un año gregoriano es un año normal, es decir, con 365 días, cuando sus últimas dos cifras son ceros (por ejemplo, 1900/100=19, por lo que 1900 es un año normal de 365 días; como lo es 2100).
- Aun así, existe una regla más. Si el año es divisible por 400, el año gregoriano termina siendo bisiesto de todas formas. Por eso el año 2000 fue un año bisiesto.
¿Para qué sirven las reglas de los años bisiestos?
Estas tres reglas intentan mantener las estaciones cerca de las fechas fijas del calendario. La Tierra tarda 365,242190 días en orbitar el Sol, o 365 días, 5 horas, 48 minutos y 56 segundos. Este año “sideral” es un poco más largo que el año calendario, y esas 5 horas, 48 minutos y 56 segundos adicionales deben contabilizarse de alguna manera. Si no tuviéramos en cuenta este tiempo extra, las estaciones comenzarían a cambiar.
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Al añadir un día extra cada cuatro años, nuestros años calendario se mantienen ajustados al año sidéreo, pero eso tampoco es del todo correcto. Algunas matemáticas simples mostrarán que durante cuatro años la diferencia entre los años calendario y el año sidéreo no es exactamente 24 horas. En cambio, son las 23.262222 horas. ¡El redondeo ataca de nuevo!
El año 2100 no será un año bisiesto
Al agregar un día bisiesto cada cuatro años, en realidad alargamos el calendario en más de 44 minutos. Con el tiempo, estos más de 44 minutos adicionales también provocarían que las estaciones cambiaran en nuestro calendario. Por este motivo, uno cada cuatro años es bisiesto. La regla es que si el año es divisible por 100 y no divisible por 400, se omite el año bisiesto. El año 2000 fue bisiesto, por ejemplo, pero los años 1700, 1800 y 1900 no lo fueron. Por ello, la próxima vez que se saltará un año bisiesto será el año 2100.
