El cáncer testicular es una enfermedad que puede darse con más frecuencia en hombres de entre 15 y 45 años, aproximadamente, y consiste principalmente en una proliferación de células que comienza en los testículos, los cuales se encuentran dentro del escroto debajo del pene.
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No se trata de un tipo de cáncer común y es altamente tratable, considerando incluso cuando se disemina a otras partes del organismo. Entre sus principales síntomas, el primero consiste en una protuberancia o bulto en un testículo ya que las células cancerosas pueden crecer rápidamente.
Importancia de chequeos tempranos y autoexaminación
Pese a que no existen cifras actualizadas del cáncer testicular en nuestro país, se trata de un cáncer con buen pronóstico si es que se toma en fases iniciales por lo que los chequeos constantes adquieren gran relevancia. Desde la Facultad de Medicina de la Universidad del Alba, el médico urólogo Walter Candia explica que este cáncer "tiene un tratamiento que cuando se hace en estadios iniciales o tempranos tiene una altísima tasa de curabilidad. Eso es lo importante de los chequeos".
El especialista agrega que un buen pronóstico también depende de que se enseñe a los niños a reconocer su anatomía normal porque a partir de eso podrán reconocer cuando aparece algo distinto. En ese sentido, explica que "al igual que a las mujeres, en el caso del cáncer testicular es muy importante la autopalpación. Aunque el cáncer testicular se da más bien entre los 15 y 30 años, eso no quiere decir que no exista la posibilidad después de los 40 años, aunque es más común otro tipo de cánceres como el prostático".
Subraya que lo complejo es que “el cáncer testicular y de próstata son enfermedades o
patologías que se pesquisan por casualidad”. ¿Qué significa eso? “que por ejemplo yo estaba
jugando a la pelota, me pegaron en los testículos, estuve con molestias y tras una visita al urólogo
se pesquisa la enfermedad. Este tipo de cánceres no dan ningún síntoma. Para que haya algún
síntoma tiene que estar al menos dos años en el cuerpo y el de próstata al menos cinco. Por eso
el control es tan importante", advierte Candia y enfatiza que "es vital generar la cultura de que sobre
los 40 años se debe concurrir al menos una vez al año al urólogo, aunque no existan molestias".