La tecnología está avanzando a pasos agigantados, pero el papel humano sigue siendo insustituible. Esta fue la reflexión clave que Mike Bechtel, Chief Futurist en Deloitte y profesor adjunto de innovación corporativa en la Universidad de Notre Dame, compartió en el Congreso Futuro 2025. Con su charla titulada "Humanos después de todo", Bechtel exploró cómo las herramientas tecnológicas amplifican nuestras capacidades sin reemplazarnos.
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La tecnología como herramienta humana
“Si el computador es la bicicleta para la mente, la web es la motocicleta y la inteligencia artificial, un cohete”, reflexionó Bechtel al inicio de su presentación. Desde los cuchillos prehistóricos hasta la IA generativa, las herramientas han sido extensiones de nuestras habilidades.
Bechtel destacó que, aunque las máquinas han evolucionado, la creatividad y el criterio humano siguen siendo esenciales. “La gente importa en la era de la inteligencia artificial. Siempre ha sido así”, enfatizó.
La evolución de las interacciones humano-máquina
A lo largo de su charla, Bechtel hizo un recorrido por la historia de la computación, desde las primeras tarjetas perforadas hasta la llegada de modelos de lenguaje natural como GPT. “Hemos pasado de interacciones complicadas a experiencias intuitivas porque la simplicidad siempre gana”, afirmó.
Tambien hizo referencia a herramientas como Blockchain y Apple Vision Pro, destacando cómo estas innovaciones simplifican tareas complejas. “La computación espacial no es solo una fantasía; promete un futuro donde las herramientas se integren perfectamente en nuestras vidas”.
Tres pilares de la humanidad en la era tecnológica
Para Bechtel, los humanos se diferencian por tres cualidades clave:
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Ingenio: La capacidad de resolver problemas de manera innovadora.
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Empatía: Comprender y conectar con otros a nivel emocional.
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Iniciativa: Empezar algo nuevo sin instrucciones previas.
“Estas son las habilidades que nos hacen insustituibles en un mundo dominado por máquinas”, destacó. Bechtel también subrayó que estas cualidades no solo son esenciales en el trabajo, sino también en nuestras relaciones y comunidades.
Reflexión final: la sabiduría de las madres
Con un tono emotivo, Bechtel cerró su charla recordando una conversación con su madre. “Le dije que la clave para el futuro eran el ingenio, la empatía y la iniciativa. Ella respondió: ‘Eso es cerebro, corazón y coraje’”.
En un mundo donde las máquinas pueden hacer cada vez más, Bechtel nos invita a redescubrir y valorar lo que nos hace humanos.