La tecnología y la neurociencia están convergiendo para revolucionar la forma en que abordamos la salud mental. Adam Gazzaley, renombrado neurocientífico, compartió su visión en el Congreso Futuro 2025, destacando cómo las experiencias digitales personalizadas podrían marcar el inicio de una nueva era de la medicina experiencial.
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Una crisis interna y la necesidad de un cambio
“Estamos en medio de una crisis no solo externa, sino también interna: una crisis de la mente”, afirmó Gazzaley al inicio de su charla.
Más de mil millones de personas sufren de deterioro cognitivo, incluyendo demencia en adultos mayores y depresión en jóvenes. Este problema no se limita al ámbito clínico, sino que afecta nuestra capacidad de atención, empatía y toma de decisiones.
Gazzaley cuestionó el modelo predominante de tratamiento basado en moléculas químicas, señalando que, aunque útil para enfermedades infecciosas, no ha tenido el mismo impacto en trastornos mentales.
“Es hora de adoptar un nuevo paradigma basado en la experiencia humana”, sentenció.
La medicina experiencial: un enfoque disruptivo
Según Gazzaley, las experiencias humanas, como el arte, la música, la danza y los videojuegos, tienen el potencial de actuar como medicinas al estimular la plasticidad cerebral. Esta idea ha sido llevada a la práctica a través de lo que llama “experiencias de circuito cerrado”: sistemas que usan tecnología como sensores y algoritmos de inteligencia artificial para adaptar en tiempo real las experiencias digitales a las necesidades del usuario.
“Es como tener un entrenador personal para tu cerebro”, explicó Gazzaley. Estos sistemas no solo mejoran la atención, sino también reducen el estrés y promueven el bienestar general.
Un ejemplo destacado es un videojuego desarrollado por su equipo, que ha sido aprobado por la FDA como tratamiento para niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Este videojuego, combinado con medicación, ha demostrado resultados prometedores, abriendo nuevas posibilidades para la medicina del futuro.
Inteligencia artificial y experiencias inmersivas
La charla también abordó el uso de biosensores multimodales y la inteligencia artificial generativa. Estas tecnologías permiten capturar datos en tiempo real sobre el estado mental y físico de una persona, como expresiones faciales, ritmo cardiaco y respiración.
“Podemos personalizar las experiencias hasta niveles que nunca imaginamos”, destacó Gazzaley.
Estas experiencias inmersivas incluyen entornos virtuales que replican la naturaleza, utilizando sonidos, aromas e imágenes para reducir el estrés y mejorar la calidad del sueño, incluso para quienes no tienen acceso al entorno natural.
Psicodélicos y la combinación con tecnología
Otra área de innovación es el uso de psicodélicos en dosis bajas combinados con tecnología. Gazzaley señaló que esta combinación podría ser clave para tratar condiciones como la depresión, permitiendo reducir las dosis de medicamentos tradicionales y potenciando los beneficios terapéuticos.
Un mensaje de esperanza
“Todos podemos beneficiarnos de un impulso en nuestra cognición”, concluyó Gazzaley.
Su visión optimista combina ciencia, tecnología y humanidad, con la esperanza de construir un futuro donde la salud mental sea tratada de forma personalizada, efectiva y accesible.
