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Tecnología

"Belle" el pez robot

Desarrollado por estudiantes universitarios suizos, este robot promete investigar ecosistemas submarinos sin disturbarlos. Un proyecto que entusiasma a biólogos marinos quienes buscan estudiar varios ecosistemas de arrecifes que se han visto afectados por la sobrepesca, la contaminación y el cambio climático.

Vicente Barraza

- Reuters

Miércoles 6 de septiembre de 2023

¿Te imaginas un pez robot? ¿Cómo te lo imaginas?

Para que no tengas que hacerlo, un grupo de estudiantes de ingeniería mecánica de la Universidad ETH de Zurich lo hicieron realidad. Belle, como lo nombraron, es un pez robot de color blanco perla, de casi un metro de largo y diez kilos de peso, distribuidos en dos aletas y una gran cola que sube y baja, sin crear turbulencias en el agua, cualidad que le favorece para mimetizarse con los otros peces entre los ambientes submarinos.

Este robot submarino posee navegación autónoma, que le permite autopropulsarse mediante una aleta de silicona con dos cavidades que bombean agua en ciclos, lo que le permite moverse como un pez real con la capacidad de filmar bajo el agua y recolectar muestras de ADN de los organismos que viven en el mar.

Una de las características más interesantes de Belle es su capacidad de captar fotografías y muestras para la investigación marina sin alterar su entorno, pues no emite ningún sonido tal como lo haría un pez real. "Nuestra idea era crear una plataforma que realmente encajara en el ecosistema y que fuera aceptada como parte de él. Por eso, desarrollamos la idea de un robot que se comporta como un pez y también es aceptado por otras criaturas marinas como tal", explica Léon Guggenheim, uno de sus creadores.

Además, el pez robot utiliza IA para navegar de forma independiente y mezclarse con distintos entornos de arrecife de coral, todo con la intención de tomar muestras aisladas de ADN y videos de alta resolución de distintas especies acuáticas a las cuales no es fácil acceder de forma convencional, convirtiéndose en una innovadora solución al problema que significa investigar ambientes marinos más sensibles.

Si bien el modelo final no se encuentra terminado, el objetivo es que el robot funcione de forma autónoma durante dos horas antes de que se vacíe su filtro ADN y sea necesario reemplazar sus baterías. “Ahí nada hacia la superficie, nos envía una señal de GPS y luego vamos a recogerlo para lanzarlo de nuevo”, explica Guggenheim. 

El equipo espera que su robot ayude a los biólogos marinos a estudiar la salud y la biodiversidad de varios ecosistemas de arrecifes que se han visto afectados por la sobrepesca, la contaminación y el cambio climático.