El proyecto "Consolidación del Sendero Ecológico Humedal Mapocho Urbano de Talagante", impulsado por la Fundación Frente de Río, se ha convertido en un símbolo de restauración ecológica y movilización comunitaria en la ribera del río Mapocho. Con el apoyo de Fundación Lepe y varias organizaciones locales, esta iniciativa busca revitalizar el ecosistema ribereño mediante la reforestación con especies nativas y actividades comunitarias, creando un espacio de aprendizaje y cohesión en la comuna de Talagante.
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La revitalización de un espacio de la mano de los ciudadanos
Hace décadas, la ribera del río Mapocho fue un vibrante punto de encuentro, pero la acumulación de basura y el abandono afectaron el lugar. Hoy, Frente de Río y un grupo de jóvenes comprometidos están trabajando para devolverle la vitalidad, transformándolo en un ejemplo de regeneración ambiental y cultura sostenible.
Un proyecto de reforestación y educación ambiental
Desde 2018, este proyecto se ha enfocado en proteger y restaurar el patrimonio natural de la ribera. Frente de Río ha implementado la reforestación con especies nativas y ha trabajado en la limpieza de microbasurales, logrando avances significativos en la recuperación del entorno. Gracias al Fondo Común Regenerativo de Fundación Lepe, el proyecto recibió financiamiento para continuar su trabajo hasta 2025.
Ciudadanos como pilar fundamental
"Más que un sendero, este es un espacio para la regeneración ecosocial, donde la comunidad se convierte en protectora de su propio entorno", explica Ulises Mayol, encargado del proyecto.
Utilizando el método de plantación Miyawaki, que permite un crecimiento acelerado de bosques nativos, ya se han plantado cinco núcleos de vegetación que cubren aproximadamente 400 m². Este año, se espera plantar al menos 700 árboles adicionales, incluyendo especies como Quillay, Algarrobo y Matico.
Participación comunitaria en la restauración
La iniciativa también ha movilizado a la comunidad local: más de 300 voluntarios han participado en nueve actividades de reforestación, limpieza y educación ambiental. Además, 42 nuevos monitores comunitarios han sido capacitados para continuar el trabajo de concientización y cuidado de este espacio.
Josefina González, voluntaria del proyecto, cuenta que formar parte de esta iniciativa le ha permitido adquirir conocimientos en reforestación y organización comunitaria. "Es inspirador ver cómo personas de todas las edades se unen para cuidar el medio ambiente", dice. "Cada vez que participo siento que estamos creando un cambio real en la ribera del río".
Frente de Río trabaja de la mano con la Municipalidad de Talagante, ONGs locales, la Universidad Católica y escuelas de la zona, consolidando un enfoque colaborativo que fortalece el vínculo entre la comunidad y el entorno natural. El compromiso con la regeneración ecosocial permite que la ribera del río Mapocho en Talagante se transforme en un ejemplo de sostenibilidad y responsabilidad ambiental, uniendo a vecinos, estudiantes y expertos en un esfuerzo común.
"Queremos que este espacio sea un lugar virtuoso, donde la comunidad pueda aprender, cuidar y compartir en armonía con la naturaleza", concluye Mayol. La participación comunitaria y la educación ambiental son esenciales para crear un sentido de pertenencia y asegurar la protección de este ecosistema en el tiempo.