En Chile, según la OCDE, la esperanza de vida al nacer es de 83 años para las mujeres, y 78 años para los hombres; no obstante, las condiciones en que se desarrollan sus vidas difieren en varios aspectos. Uno de ellos es la salud mental. Según el reciente estudio Gender differences in life expectancy free of depressive symptoms in Chile between 2003 and 2016, publicado en la revista Global Mental Health en Cambridge, Inglaterra; se revela que es más probable que las mujeres experimenten síntomas depresivos durante una mayor parte de su vida en comparación a los hombres.
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El estudio analizó las Encuestas Nacionales de 2003, 2010 y 2016
La investigación, que analizó datos de las Encuestas Nacionales de Salud de 2003, 2010 y 2016, encontró que la brecha de género en la esperanza de vida libre de síntomas de depresión es considerable y persistente. Las mujeres chilenas, en todas las edades evaluadas, enfrentan una mayor prevalencia de síntomas depresivos, tendencia que se mantiene consistente a lo largo del tiempo, con una diferencia en la proporción de años de vida con síntomas depresivos que alcanza o supera los 10 puntos porcentuales en casi todos los grupos etarios y períodos estudiados.
El estudio fue realizado por las investigadoras de la Universidad San Sebastián, Instituto Milenio para la Investigación del Cuidado (MICARE), Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y Personalidad (MIDAP) y Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay). Ahondando en los datos, el equipo analizó además la interacción del género con otras dimensiones sociales que podrían exacerbar las diferencias.
“Observamos que tener un menor nivel educativo y el desempleo aumentan la probabilidad de síntomas depresivos entre hombres y mujeres, pero el efecto era mayor y más persistente entre las mujeres”, comenta la Dra. Ximena Moreno, académica de la Facultad de Psicología y Humanidades de la Universidad San Sebastián (USS) y primera autora del artículo.
Lo anterior es una muestra de cómo las desigualdades estructurales impactan la salud mental de la población, de manera diferenciada.
“Los resultados de nuestra investigación apoyan la importancia de adoptar un enfoque de género en las políticas públicas para abordar eficazmente la disparidad que experimentan las mujeres en la esperanza de vida libre de síntomas depresivos”, agrega la Dra. María José Monsalves, académica del Departamento Nacional de Salud Pública de la Facultad de Medicina y Ciencia USS.
En concreto, las autoras recomiendan actualizar las directrices del programa de Garantías Explícitas en Salud (GES) de Chile relacionado a salud mental, considerando la perspectiva de género para mejorar tanto el acceso, como la relevancia y la efectividad de los tratamientos para la depresión.
“Las políticas públicas, por su parte, debieran tener el objetivo final de abordar la complejidad de dimensiones que se intersectan con el género y afectan la salud mental de las personas”, señala la Dra. Paula Dagnino, académica de la Facultad de Psicología y Humanidades.
Impacto social y desafíos en salud mental
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la depresión es la principal causa de años perdidos por discapacidad (AVAD) para las mujeres en Chile. Sin embargo, y aunque no figura entre las principales causas de AVAD para los hombres, la depresión sigue siendo el trastorno mental más común y tiene un impacto considerable en la calidad de vida de las personas afectadas.
Si bien tienen una mayor esperanza de vida, las mujeres en Chile tienen menor acceso a la educación y al empleo a tiempo completo, tienden a realizar trabajos de cuidado no remunerados y sufren mayor violencia de pareja. Condiciones que no solo perjudican su bienestar, sino que también limitan su potencial de vida libre de enfermedades mentales.
No obstante, la Dra. Ximena Moreno recalca que “a pesar de tener una mayor expectativa de vida libre de síntomas de depresión, los hombres son menos propensos a buscar consulta o tratamiento para sus síntomas, en parte debido a las normas culturales y la estigmatización asociada con admitir problemas de salud mental”.
Este es el primer estudio en Chile que aborda la brecha de género en la esperanza de vida libre de síntomas depresivos. Junto con la necesidad de ahondar en esta problemática, este trabajo resalta la necesidad de políticas públicas que consideren la intersección de género con otras dimensiones estructurales.
En ese sentido, la Dra. María José Monsalves concluye que “es crucial desarrollar enfoques de políticas de salud mental que aumenten el acceso a los tratamientos entre los hombres, para abordar eficazmente las necesidades de todas las personas”, considerando que estudios previos muestran más barreras y menor frecuencia de consulta por problemas de salud mental entre los hombres.