El papa Francisco alertó este sábado sobre el drama de la migración masiva y denunció el "fanatismo de la indiferencia", horas antes de cerrar su corta visita a Marsella, Francia, con una multitudinaria misa.
Asimismo, pidió sensibilidad ante la tragedia de los que "huyendo de los conflictos, la pobreza y las catástrofes naturales" se lanzan a la mortal ruta del Mediterráneo, mar que "se ha convertido en un enorme cementerio".
"No podemos resignarnos a ver seres humanos tratados como mercancía de cambio, aprisionados y torturados de manera atroz, ni seguir presenciando los dramas de los naufragios, provocados por contrabandos repugnantes y por el fanatismo de la indiferencia", expresó Francisco.
Su viaje se produjo días después que unos 8.500 migrantes llegaran a la pequeña isla italiana de Lampedusa tras cruzar el Mediterráneo, donde más de 28.000 han desaparecido desde 2014 en su intento de alcanzar Europa desde África, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Desde su elección como papa en 2013, una de sus prioridades ha sido alertar sobre las tragedias de los migrantes, desde el Mediterráneo a Centroamérica y Venezuela, pasando por África, Medio Oriente, Europa y Estados Unidos.