En un entorno cada vez más competitivo, muchas empresas están apostando a nuevas oportunidades de crecimiento que les permitan ampliar sus horizontes y alcanzar sus objetivos estratégicos. Una de estas formas es asociarse con startups, como una oportunidad de aprovechar ideas disruptivas, mayor nivel de innovación y nuevas tecnologías, aportando cada una de las partes con lo mejor de ambos mundos: por una parte, las empresas aportan con sus recursos y alcance, y las startups, con ideas disruptivas e innovadoras.
En nuestro país, son varias las empresas que se están sumando a esta tendencia, como es el caso del “Zurich Innovation Championship”, concurso convocado por la aseguradora internacional Zurich y que busca atraer startups con soluciones disruptivas para el área de seguros, que luego tendrán la posibilidad de pilotar y seguir trabajando con la empresa a futuro, además de poder acceder a los más de 150 mercados de la compañía, financiamiento de su proyecto por hasta US$ 100 mil, acceso a los conocimientos del sector y la exposición a los responsables de la toma de decisiones en la empresa.
Pero, ¿cuáles son los beneficios de estas colaboraciones? Generalmente, las startups operan a la par con las tendencias emergentes y las preferencias de los consumidores, conocimiento fundamental para las empresas que pueden aprovecharlo para obtener una ventaja competitiva y generar nuevos ingresos o modelos de negocio.
Por otra parte, estas asociaciones facilitan nuevas propuestas de valor,que pueden ayudar a las empresas a pilotear nuevas ideas y llevarlas al mercado más rápido que en un ciclo corporativo tradicional. La agilidad de una startup permite a corporaciones más tradicionales probar e iterar nuevos productos o modelos de negocio rápidamente, con un enfoque eficiente que permite explorar nuevas funciones con menos riesgo.
La cultura de emprendimiento bajo la que operan las startups puede desafiar los procesos corporativos tradicionales, inspirando a los empleados a pensar de manera innovadora y asumir riesgos, fomentando así una cultura de mayor crecimiento y autogestión. Además, al colaborar con nuevos emprendimientos, las grandes empresas crean oportunidades para que los colaboradores puedan participar en proyectos innovadores, incentivando así tanto el talento como la mentalidad emprendedora.