El Día Mundial de las Legumbres llega con una iniciativa que busca reintroducir el chícharo en la dieta de los chilenos, destacando sus beneficios nutricionales y su resiliencia ante el cambio climático. Un equipo de investigadores del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) Quilamapu lidera un proyecto que busca recuperar la producción de esta leguminosa, cuyo consumo fue habitual en Chile hasta mediados del siglo XX.
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La iniciativa, respaldada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se desarrolla en zonas rurales del secano de las regiones de Ñuble y Biobío, promoviendo el cultivo y consumo de porotos, lentejas y, especialmente, chícharos.
Un cultivo resistente y nutritivo
El chícharo (Lathyrus sativus L.) se caracteriza por su alta resistencia a la sequía y su capacidad de adaptación a suelos pobres, como los del secano costero de Chile. Además, es un alimento altamente nutritivo, con un contenido proteico de entre 23 y 25 gramos por cada 100 gramos, rico en fibra, carbohidratos complejos, minerales esenciales (calcio, hierro, fósforo, potasio, magnesio) y vitaminas del grupo B.
“El chícharo es una alternativa productiva para los suelos del secano costero. Su resistencia a la sequía lo hace ideal para estas condiciones, donde otros cultivos no prosperan”, explicó Gerardo Tapia, investigador del INIA Quilamapu y coordinador del proyecto.
Actualmente, el cultivo del chícharo en Chile se ha reducido a solo 300 hectáreas, una baja significativa en comparación con las 3.000 hectáreas que se sembraban en el pasado. Sin embargo, un mejor manejo agronómico podría aumentar los rendimientos, pasando de los actuales 600 a 1.000 kilos por hectárea a más de 2.500 o 3.000 kilos, haciéndolo más competitivo en el mercado.
Promoviendo el consumo del chícharo en Chile
El proyecto no solo busca mejorar la producción, sino también cambiar la percepción sobre el chícharo como alimento exclusivamente para el ganado.
“El alto contenido proteico y de fibra del chícharo lo hacen un alimento ideal para el ser humano. Este estigma debe cambiar, ya que es una opción saludable y sostenible”, destacó Kianyon Tay, experto en legumbres del INIA Quilamapu.
Seis variedades de chícharos
En una jornada de campo en Ninhue, región de Ñuble, agricultores locales evaluaron ensayos con seis variedades de chícharos para identificar las más prometedoras. Elcira Marín, agricultora del sector Hualte, destacó la creciente demanda de esta legumbre:
“Las personas mayores buscan el chícharo. El año pasado lo vendimos a 3.000 pesos el kilo, y esperamos que vuelva a ser valorado por todos”, comentó.
Con este proyecto, los investigadores esperan no solo recuperar una tradición alimentaria, sino también contribuir a la soberanía alimentaria del país, impulsando una agricultura sostenible en tiempos de cambio climático.