El Congreso Jóvenes Futuro, celebrado en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM), fue el escenario perfecto para una charla inspiradora de Rodrigo Mayorga, director ejecutivo de Momento Ciudadano. Mayorga, conocido por su dedicación a la promoción de la educación cívica y democrática, abordó una pregunta crucial: ¿Qué es la ciudadanía?
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La ciudadanía: más allá del estatus jurídico
Según la Constitución chilena de 1980, los ciudadanos son aquellos chilenos mayores de 18 años y sin condenas mayores a tres años. Este estatus otorga derechos fundamentales como el sufragio y la posibilidad de optar a cargos públicos. Sin embargo, Mayorga señala que esta definición no considera a los menores de 18 años, quienes también pueden contribuir al debate cívico.
Los tres tipos de ciudadanía
Joseph Kane y Joel Westheimer, en un estudio realizado a principios de la década del 2000 en Estados Unidos, identificaron tres tipos de ciudadanía:
- Ciudadanía responsable: Cumple con deberes y leyes.
- Ciudadanía participativa: Se organiza para objetivos concretos.
- Ciudadanía orientada a la justicia social: Busca resolver problemas fundamentales de la comunidad.
Para un desarrollo completo de la ciudadanía, es esencial combinar estos tres tipos. Sin un ciudadano participativo, no habría campañas efectivas; sin un ciudadano responsable, las campañas no resolverían problemas a largo plazo; y sin un ciudadano orientado a la justicia social, los problemas persistirían sin solución.
Hacer ciudadanía: un verbo en acción
Mayorga destaca la diferencia entre "tener" ciudadanía, como un estatus jurídico, y "hacer" ciudadanía, como una acción continua. Hacer ciudadanía implica involucrarse activamente en la comunidad, ya sea a través de la acción política institucional o el activismo.
Acción política e activismo: formas de hacer ciudadanía
La acción política institucional y el activismo son dos formas clave de hacer ciudadanía. El activismo, en particular, se define por la acción colectiva para resolver problemas concretos y generar cambios. Es crucial entender estas acciones como parte de un proceso continuo de involucramiento cívico.
Participación: un derecho y un deber
Mayorga concluye con tres puntos esenciales:
- Participar es un derecho: Es fundamental para el funcionamiento de la comunidad.
- Ser parte de comunidades es un deber: La participación activa mejora nuestra sociedad.
- La participación debe tener un sentido: No es solo un acto, sino un compromiso con el cambio.