Conocida por ser cuna de la cultura europea, además de ser una de las ciudades más efervescentes y cosmopolitas de Italia, Milán está revisando la posibilidad de implementar una medida pionera en su tipo: eliminar los autos de su centro histórico, con el fin de reducir el grave problema de contaminación que afecta a la metrópolis.
La iniciativa, propuesta por el alcalde Giuseppe Sala, está pensada para colaborar en la reducción de la contaminación que afecta a sus 1,4 millones de habitantes. La medida busca mejorar la calidad del aire y la seguridad en las calles para los peatones y ciclistas. El edil ya había tomado medidas similares, como la promulgación de leyes de tránsito que prohíben la circulación de vehículos altamente contaminantes en zonas congestionadas durante los días laborales.
Milán ha sido catalogada como una de las ciudades más contaminadas de Europa, con niveles de partículas finas que superan casi cuatro veces el límite considerado seguro por la Organización Mundial de la Salud (OMS), alcanzando 19,7 μg/m3 en lugar de los recomendados 5 μg/m3. Para enfrentar esta situación, las autoridades proponen prohibir el tráfico privado en el centro de la ciudad, una medida que el alcalde Sala describe como "algo pequeño, pero histórico".
La fiscalización de esta medida se llevará a cabo mediante cámaras de vigilancia a lo largo de Corso Venezia, una de las calles más icónicas de la ciudad, que registrarán el tráfico y evitarán la entrada de vehículos privados. Se establecerán excepciones para residentes que cuentan con estacionamientos, taxis y usuarios de transporte público,y quienes violen la prohibición podrían enfrentar multas de un monto aún no especificado por el alcalde. Si se aprueba, este plan transformador entrará en vigor en 2024, abriendo un cambio importante hacia un paisaje urbano más ecológico.
La relevancia de esta iniciativa trasciende las fronteras de Milán, ya que otras ciudades en Europa, como Estocolmo, París, Oslo y Madrid, también están considerando o implementando medidas similares para crear zonas libres de automóviles en sus centros urbanos. Sin embargo, una de las barreras más importantes para su implementación es la impopularidad de estas leyes entre los residentes, además de los desafíos asociados con su aplicación, como lo demostró una prohibición temporal aplicada durante 2020 que muchos conductores ignoraron, resultando en cientos de multas apenas horas después de su implementación.