Médica y neurocientífica, Florencia Álamos destaca por haber formado la Fundación Ciencia Impacta, organización que durante cuatro años se ha dedicado a acercar la ciencia a las personas a través de proyectos de divulgación y educación, como Expertamente y Cerebro sin Filtro; y desempeñarse como directora ejecutiva y cofundadora de la Fundación Kiri.
Además, Álamos ha recibido importantes condecoraciones, como el Premio 100 Mujeres Líderes de Chile en 2020, el Premio Excelencia Tesis Doctoral de la Pontificia Universidad Católica de Chile en 2021 y el Premio Competitividad Global Liderazgo de la Universidad de Georgetown en 2020. Destacados logros que explican la excelente charla que realizó, el día de ayer, en la undécima versión del Festival de Ciencia de Puerto de Ideas de Antofagasta.
La historia del niño que pudo ser Harry Potter
Desde épocas ancestrales los humanos han soñado con ser invisibles, mitos y leyendas de animales o poderes de transparencia, pasando por el mago británico Jasper Maskelyne y sus tanques de mentira en la Segunda Guerra Mundial, hasta la ciencia ficción de Harry Potter con su capa de invisibilidad. Pero, paradójicamente, la invisibilidad es una problemática con la que también el ser humano a vivido desde sus inicios.
Lo anterior lo refleja la historia que relató Álamos, la historia del niño que pudo ser Harry Potter. Se trata de un libro, "Número dos" de David Foenkinos, una crónica novelada de la prehistoria de la película Harry Potter y una reconstrucción probable de la vida futura del que quedó en el segundo lugar en el casting de la famosa saga de magos.
Una narrativa que describe como normalizamos actos desafortunados que terminan negando la verdadera naturaleza de nuestras emociones con un típico "estoy bien". Una frase que es "el caldo de cultivo de la enfermedad invisible del siglo XXI", según dijo la experta en su charla "Romper la inercia de la indiferencia", relatada dentro de la exposición "Mitos y verdades del cerebro adolescente" que compartió junto a dos de sus colegas.
Sociedad de respuestas automáticas
"A diferencia de un hueso roto es imposible saber qué hay en los pensamientos de alguien", explica Álamos. En este sentido se vuelve clave transparentar nuestras sensaciones y emociones, si no es imposible trabajar con ellas o mejorarlas, lo que nos puede llevar a estados de ánimo negativos o depresivos.
Así lo demuestra "Número dos" y distintos estudios científicos sobre estos estados de ánimo, los cuales demuestran que no comunicar nuestras sensaciones genera una serie de cambios neurológicos. Particularmente, se alteran nuestros neurotransmisores, el cortisol, factores proinflamatorios, etc. Una invisibilidad que se visibiliza en nuestro cuerpo, definitivamente un problema de muchos ingredientes.
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Salud mental adolescente en Chile: ciegos, sordos y mudos
En este sentido, queda en evidencia que somos ciegos frente a la salud mental, pues los datos están en la palestra y poco hacemos para mejorarlos: Según la Encuesta de Salud Mental del 2017, el 23,6% de las personas tiene problemas de salud mental en Chile. Un dato que se acrecienta en jóvenes, donde el 52,9% de ellos los presenta, según datos del 2023.
Por su parte, el esfuerzo para mejorar la salud mental es casi nulo. Algo que queda claro con la baja inversión para solucionar el problema, en Chile sólo se hace una inversión del 2,1% del presupuesto de salud en salud mental, según datos arrojados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Cifra 3 veces por debajo de la recomendación de inversión que realiza la misma OCDE. Hacemos oídos sordos al problema.
“Hoy día hay grandes desafíos en términos de salud mental. De hecho, si vemos las cifras de jóvenes, uno de cada dos los presenta. Acá hay que abordar el tema en dos líneas, soluciones estructurales o una línea macro, con políticas públicas y una mayor inversión frente a la salud mental; pero también desde la mirada micro, donde todos cumplimos roles, básicamente accionando y tomando conciencia del problema”, señaló la experta.
Así mismo, también somos mudos, pues los medios no suelen cubrir temas relacionados a la decadente salud mental nacional y desde la misma esfera pública evadimos este tema. "No se habla tanto del tema", aclara Álamos. Ciegos, sordos y mudos, un paralelismo que hizo Álamos con "Ciega, sordomuda", una canción escrita e interpretada por la cantautora colombiana Shakira.
Soluciones a la salud mental
Pero dentro de las tinieblas también podemos encontrar la luz, para solucionar estas dificultades hay que iniciar desde lo micro: ver, escuchar y hablar; sobre lo que está pasando. La clave está entonces en concientizar sobre la salud mental, escuchar preguntas e inquietudes en torno a ella, y buscar alternativas innovadoras para hacer ruido frente a las dificultades que nos presenta el este problema.
En este sentido, esta nota parte destacando a la neurocientífica, Florencia Álamos, por acercar la ciencia a las personas a través de proyectos de divulgación y educación, como Expertamente y Cerebro sin Filtro. Algo que resuena con el principal desafío que tienen que sobrepasar los profesionales de la salud mental, llegar a públicos jóvenes con nuevos formatos, especialmente mientras no haya cambios estructurales.
Por eso, la próxima vez que te pregunten "¿cómo estás?", Álamos te invita a responder con sinceridad. Pues este pequeño cambio es el comienzo. Un cambio que busca que nunca más seamos ciegos, sordos y mudos frente a los inconvenientes de la salud mental.
