Un innovador estudio liderado por el BrainLat de la Universidad Adolfo Ibáñez ha revelado que el cerebro puede envejecer a un ritmo distinto al de la edad cronológica, influenciado por factores ambientales y sociales. Este hallazgo, publicado en la prestigiosa revista Nature Medicine, involucra a más de 75 investigadores de diversos continentes y 5.306 participantes de 15 países, incluyendo Chile.
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La edad biológica del cerebro puede avanzar más rápido que la edad real
La investigación muestra que la edad biológica del cerebro puede avanzar más rápido que la edad real de una persona. Los factores que influyen en este fenómeno incluyen el exposoma físico (como la contaminación) y el exposoma social (como desigualdades socioeconómicas y de salud). Esta diferencia en el envejecimiento cerebral es especialmente notable en poblaciones de países con mayores desigualdades, y en regiones cerebrales vulnerables al envejecimiento.
Agustín Ibáñez, director del BrainLat UAI y autor principal, concluyó que "la edad de tu cerebro no se trata solo de años, sino de dónde y cómo vives. Este estudio proporciona valiosos conocimientos sobre cómo diferentes exposiciones pueden inducir un envejecimiento cerebral acelerado o retrasado, una consideración esencial para los responsables de políticas públicas".
Un enfoque revolucionario en la investigación del envejecimiento cerebral
El equipo de investigadores ha desarrollado medidas innovadoras utilizando relojes cerebrales avanzados y técnicas de aprendizaje profundo. El estudio empleó datos de imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) y electroencefalografía (EEG) para comparar la edad cerebral entre personas sanas y aquellas con afecciones neurodegenerativas como el deterioro cognitivo leve (DCL), la enfermedad de Alzheimer y la degeneración del lóbulo frontotemporal (FTLD).
Entre los hallazgos más significativos, se observó que las personas de países con desigualdades económicas y sociales exhiben edades cerebrales más avanzadas. Además, los participantes con diagnóstico de demencia, en particular Alzheimer, mostraron las mayores diferencias en la edad cerebral. El estudio también reveló disparidades de género, con mujeres en países de América Latina y el Caribe mostrando diferencias más marcadas en la edad cerebral.
Implicaciones para la salud pública y la neurociencia
Los resultados de esta investigación subrayan la importancia del enfoque que integra la salud humana y ambiental. Este enfoque es crucial para entender y abordar las desigualdades en la salud cerebral y desarrollar políticas públicas más efectivas. El estudio destaca la necesidad de considerar factores ambientales y sociales al diseñar intervenciones para promover un envejecimiento saludable.
Sebastián Moguilner, primer autor del estudio, destacó que "hemos descubierto cómo las condiciones ambientales y socioeconómicas pueden acelerar o proteger contra el envejecimiento cerebral, ofreciendo nuevas direcciones para intervenciones de salud personalizadas". Sandra Baez, coautora principal, añadió que "este estudio es el primero en demostrar cómo el envejecimiento cerebral acelerado está profundamente influenciado por diversos factores físicos y sociales".