Un equipo internacional de astrónomos, liderado por la investigadora Valeria Olivares, de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), logró un importante avance en la comprensión de los agujeros negros supermasivos. Gracias a observaciones realizadas con el Very Large Telescope (VLT), en el desierto de Atacama, los científicos descubrieron cómo estos colosos cósmicos generan su propio combustible.
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La investigación, publicada en Nature Astronomy, se centró en los cúmulos de galaxias, donde se encuentran algunas de las galaxias más masivas del universo. En sus núcleos, gigantescos agujeros negros devoran materia y emiten potentes chorros de energía, pero hasta ahora se desconocía el origen de los filamentos de gas que los alimentan.
Un hallazgo sin precedentes
Gracias al instrumento MUSE (Multi Unit Spectroscopic Explorer) del VLT, el equipo de Olivares pudo mapear en 3D la interacción entre el gas caliente y el gas frío en estos filamentos con una precisión sin precedentes.
Principales hallazgos:
- Identificaron filamentos más tenues y diversos.
- Observaron cómo el gas frío cae hacia el agujero negro.
- Confirmaron que los chorros del agujero negro influyen en la formación de estos filamentos.
"Logramos establecer una correlación entre el gas caliente y el gas cálido, revelando un proceso clave en la evolución de los cúmulos de galaxias", explicó Olivares a según la Usach, quien también es becaria de la NASA NPP Fellow.
La conexión con las galaxias medusa
El equipo detectó que estos filamentos gaseosos comparten características con las llamadas galaxias medusa, objetos cósmicos que generan largas colas de gas debido a la interacción con su entorno.
Lo que descubrieron:
- Los filamentos de los cúmulos de galaxias se forman por la turbulencia generada por los chorros del agujero negro.
- El gas frío cae al centro del cúmulo, alimentando al agujero negro en un ciclo continuo.
- El proceso es clave para regular la formación estelar y la evolución de las galaxias.
Para confirmar estos hallazgos, los astrónomos también analizaron datos del telescopio espacial Chandra, especializado en rayos X, lo que les permitió aislar los filamentos y cuantificar su comportamiento.
"Este estudio demuestra la importancia de combinar observaciones en distintas longitudes de onda y la colaboración internacional en astronomía", destacó Olivares.
Un paso clave para la astronomía
Este descubrimiento es fundamental para entender cómo los agujeros negros influyen en la evolución de los cúmulos de galaxias y en la dinámica del universo. La capacidad de observar con tanta precisión estos procesos solo ha sido posible gracias a telescopios de vanguardia como el VLT, ubicado en Chile, el epicentro de la astronomía mundial.
"Gracias a esta técnica, por primera vez podemos cuantificar la fuerte relación entre el gas caliente y frío en los filamentos galácticos, lo que nos permite comprender mejor su origen y su impacto en la evolución cósmica", concluyó Olivares según la Usach.