Un equipo internacional de científicos de Estados Unidos, Canadá y España ha descubierto una nueva y sorprendente entidad biológica que podría cambiar los libros de microbiología. Apodados "obeliscos" por su estructura, estos fragmentos de ARN independientes son capaces de infectar bacterias en el intestino humano y en otros ambientes, como el océano y las aguas residuales. El hallazgo fue publicado en la revista Cell y está liderado por el premio Nobel Andrew Fire.
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¿Qué es un obelisco?
A diferencia de los virus o bacterias, los obeliscos son fragmentos de ARN circular de solo 1.000 nucleótidos, menos que los genomas virales. Esta estructura recuerda a los viroides, agentes subvirales que infectan plantas, pero con una importante diferencia: los obeliscos pueden codificar proteínas, lo que los convierte en una verdadera rareza biológica.
¿Cómo se descubrieron?
El equipo detectó los obeliscos mediante análisis bioinformáticos de secuencias genéticas obtenidas de muestras de heces humanas. En una muestra de 440 sujetos, estos agentes infecciosos estaban presentes en el 7%, y en la cavidad bucal de cerca de la mitad de las personas analizadas. Asimismo, se descubrieron aproximadamente 30.000 especies de obeliscos en muestras de suelos, ríos, océanos, y aguas residuales de distintas partes del mundo.
Streptococcus sanguinis: la fuente de los obeliscos
Entre las bacterias estudiadas,Streptococcus sanguinis, común en la boca humana, se destacó por acumular obeliscos en grandes cantidades. Según Marcos de la Peña, del CSIC y miembro del equipo de investigación, “el ARN del obelisco es extremadamente autocomplementario, adoptando una estructura que recuerda a losobeliscos egipcios”.
Este descubrimiento podría abrir nuevas líneas de investigación en biomedicina y genética, ya que los obeliscos presentan características únicas que no se habían visto antes en agentes infecciosos.