Una práctica que se ha hecho cada vez más habitual durante los últimos años es el acompañar cada comida viendo televisión o el teléfono celular. Ya sea en familia o en solitario, este tipo de tecnologías son un elemento más al momento de desayunar, almorzar o cenar. Sin embargo, este hábito puede ser extremadamente perjudicial para la salud.
Un estudio publicado en el Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, investigó la relación entre la frecuencia con la que se come en familia, el ver celulares y teléfonos al momento de hacerlo, así como también si la comida que se consume es preparada en casa, con la posibilidades de desarrollar obesidad en la vida adulta.
Los resultados de la investigación: ¿comer y ver celular perjudica la salud?
Frente a esto, es que pudieron determinar que los adultos que no ven televisión o sus celulares al momento de comer tienen un 37% menos de posibilidades de tener obesidad, versus aquellos que sí mantienen este hábito, independiente de la cantidad de comidas que ingieran en el día.
Además, aquellos que sólo comen alimentos preparados en casa, tienen un 26% menos de posibilidades de tener obesidad.
Eliminar distracciones para disfrutar la comida
El riesgo de obesidad puede asociarse a que al estar distraído al momento de comer nuestro estómago no recibe de manera adecuada la señal que indica saciedad, por lo que podemos seguir comiendo e ingiriendo más cantidades de comida que las recomendadas.
"Estudios han descubierto que el estómago tarda unos 30 minutos en alertar al cerebro una vez que está lleno. No prestar atención al comer puede hacer que una persona coma más de lo normal y no reciba estas señales del estómago", explicó a Biobío, Tara Schmidt, dietista diplomada de la Clínica Mayo de Rochester.
No solamente existe el riesgo de recibir esta señal de saciedad, sino que también la forma en la que comemos puede depender de lo que estemos viendo en el celular o televisión. "Si lo que leemos en el smartphone nos produce estrés o malestar, es posible que comamos más para reconfortarnos".
Finalmente Schmidt destaca que el acto de comer debería ser un momento placentero, en la cual las personas deberían prestar total atención al igual que otras actividades del día a día. "La forma ideal de comer es sentarse a la mesa y comer sin distracciones". Para esto es necesario "comer en un entorno tranquilo y relajante, despacio y utilizando todos los sentidos para apreciar la comida y reconocer cuando has comido suficiente".