A pesar de que ha pasado casi un año de la muerte de Matthew Perry, fue recién esta semana que salió a la luz pública la red de tráfico de ketamina que se escondía detrás de su fallecimiento. La Policía de Los Ángeles realizó una serie de arrestos esta semana para determinar quién distribuía y suministraba esta droga al actor.
Entre los acusados se encuentran Salvador Plasencia, quien habría sido uno de los encargados de suministrar esta droga de manera ilegal a Perry, a pesar de estar al tanto de su adicción, y su asistente personal Kenneth Iwamasa, quien se declaró culpable de los cargos que se le imputan.
Iwamasa admitió conspirar para distribuir ketamina al actor, así como también administrarle esta sin tener ningún tipo de conocimiento médico, incluida una dosis el día de la muerte de Perry.
En esta línea es que el sujeto de 59 años además confesó cuáles habrían sido las últimas palabras de Matthew Perry. "Inyéctame una grande" le habría dicho Perry, pidiéndole una alta dosis de ketamina para luego pedir que le prepararan su jacuzzi, lugar en el que fue encontrado muerto horas después, consigna Deadline.
Kenneth Iwamasa podría enfrentar hasta 15 años de prisión por ser parte de esta red ilícita que suministraba ketamina al actor.