La nieta de María Ercira Contreras, Carla Hernández, se refirió a los últimos antecedentes que se han filtrado del caso y que dan cuenta de una conversación entre su esposo y su suegro. En ella hablan explícitamente sobre qué pasó con la adulta mayor de 86 años desaparecida el 12 de mayo de 2024.
Fue el diario La Tercera quien reveló una conversación entre Alfonso Cossio, esposo de Carla, y su padre, donde le menciona la posible participación de personas del restaurante y la implicación de la Policía de Investigaciones (PDI) en el caso.
AC: Está metido PDI. La PDI está metida, lo que pasó realmente. Nos acaban de decir realmente lo que pasó es que está metida la gente del restorán. La gente del restorán nos acaban de decir que está metido el dueño y la abuela... ellos estuvieron, ellos la encubrieron, la mataron.
Estas palabras fueron pronunciadas minutos después de que Cossio conociera los mensajes que un supuesto trabajador del Fundo le envió a Carla.
"Esa conversación fue minutos después de que yo recibiera unos mensajes, supuestamente era un trabajador del Fundo de las Tórtolas, que me estaba entregando en ese momento una información que me decía que mi abuela estaba secuestrada, que estaba en Puerto Montt", explicó la joven a TVN.
Pese a las sospechas, la investigación de la PDI ha descartado, hasta ahora, la participación del restorán en un presunto secuestro. No obstante, la incertidumbre persiste dentro de la familia, que ahora exige acceso total a la carpeta investigativa.
El hallazgo de una mano que alertó a familia de María Ercira
En medio de este contexto de incertidumbre sobre el paradero de María Ercira, se registró un hallazgo que alertó a la familia. Fue el descubrimiento de restos humanos en San Felipe.
"Encontraron una mano, la mano tiene huella dactilar, no se puede descartar larga data. Es una mano pequeña, entonces, cuando yo supe eso, de verdad, me vino como una crisis de ansiedad pensando en que podía ser mi abuela", reconoció Carla Hernández.
La mujer de 86 años fue vista por última vez en los exteriores de un restaurante en la Hacienda Limache, donde almorzó antes de dirigirse al baño. Su caminar era seguro, pero en apenas cinco minutos su rastro se esfumó. Desde entonces, la búsqueda ha sido intensa, pero sin respuestas.