Tres funcionarios de Carabineros fueron asesinados durante la madrugada de este sábado al sur de Cañete, en un hecho que enluta a todo el país en el aniversario número 97 de la institución.
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Asesinato de tres Carabineros ¿Qué ocurrió?
Cerca de las 01:00 horas, personal de Bomberos de Cañete acudió al llamado de un vehículo que se encontraba en combustión a la altura del kilómetro 24 de la Ruta P-72-S.
Al llegar al lugar, los voluntarios pudieron verificar que se trataba un vehículo policial tipo AP con personas en su interior.
Tras el aviso de Bomberos, personal de Carabineros se constituyó en el lugar, determinando que esta era la camioneta AP-2875, a cargo del sargento Carlos Cisternas (43), del cabo 1° Sergio Arévalo (34) y del cabo 1° Misael Vidal (30).
Los uniformados que se encontraban cumpliendo funciones de medidas de protección y patrullajes preventivos en la zona, integrando la 4° Comisaría COP (Control de Orden Público) de Los Álamos.
Informe policial: impactos balísticos y robo de armamento
Según consignó el informe policial publicado por Emol, el vehículo "mantendría cuatro impactos balísticos en el costado derecho del pick up. Se hace presente que no fue posible verificar si el personal de Carabineros fallecido se encontraba haciendo uso de sus elementos de seguridad".
En esa misma línea, se indicó que "la totalidad del armamento y munición del personal fue sustraído, encontrándose solamente en el interior del móvil, los cascos balísticos y chalecos antibala".
"En cuanto a la videocámara corporal, se desconoce si fue consumida por la acción del fuego o sustraída previamente", agregaron.
Por otro lado, según publicó La Tercera, habrían sido tres los llamados a nivel 133 efectuados por desconocidos que pedían auxilio por ser presuntas víctimas de un asalto.
Debido a lo anterior, los uniformados se habrían trasladado hasta el lugar, siendo recibidos por una ráfaga de disparos de escopetas y de fusiles. Incluso uno de estos balazos habría atravesado el motor.
Los uniformados descendieron del vehículo para tratar de repeler el ataque, siendo abatidos por los atacantes.
Una vez terminado el ataque, los delincuentes procedieron a subir los cuerpos de los policías al pick-up de la camioneta, para luego rociarlos con líquido acelerante y prenderles fuego.
