Preocupación existe en Hong Kong por un paciente de 37 años que se encuentra luchando por su vida tras ser atacado por un mono salvaje y contraer el denominado virus del herpes B o virus del mono B, potencialmente mortal.
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El hombre, señaló el Centro de Protección de la Salud fue ingresado en el Hospital Yan Chai el pasado 21 de marzo con síntomas preocupantes como fiebre y una disminución del nivel de consciencia. Actualmente, su condición es "extremadamente delicada".
El origen del contagio, de acuerdo con una investigación preliminar, sería que el sujeto estuvo en contacto con monos salvajes durante una excursión al parque Kam Shan a finales de febrero, donde sufrió heridas. Tras una prueba del líquido cefalorraquídeo, confirmaron la presencia del virus del herpes B.
Se trata de una enfermedad a la que prestar atención, pues, en caso de infecciones no tratadas, cerca del 70% de los casos de virus B pueden desencadenar una encefalitis fatal en los seres humanos.
Virus del herpes B
¿Qué es el virus del herpes B o virus del mono B?
De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), el virus B es una infección que las personas pueden contraer si es que son mordidas o arañadas por un mono macaco infectado, o si tienen contacto con sus ojos, su nariz o su boca. Si bien este animal suele ser portador de la enfermedad, generalmente no presenta síntomas.
El herpes B o virus del mono B se considera como una enfermedad "extremadamente rara" en humanos, que puede causar daño cerebral grave o la muerte si no recibe tratamiento de inmediato.
De acuerdo con la entidad estadounidense, solo se ha documentado un caso de una persona infectada que transmitió el virus B a otra persona.
¿Cómo se contagia el virus del herpes B?
El virus del herpes B o virus del mono B puede ser transmitido desde macacos infectados a las personas, y suele encontrarse en su saliva, excremento, orina, tejido del cerebro o médula espinal; como también en células de un mono infectado en un laboratorio.
El riesgo de infectarse con el virus del herpes B es muy bajo, explica la CDC, puesto que la mayoría de las personas no entran en contacto con monos. Son más propensos a infectarse trabajadores de laboratorio, veterinarios y viajeros en países de Asia, en donde los macacos circulan con libertad.
Asimismo, precisan que puedes contagiarte con el virus B si:
- Eres mordido o arañado por un mono infectado.
- Obtienes tejido o líquido de mono infectado en la piel lesionada o en los ojos, la nariz o la boca.
- Recibes un pinchazo con una jeringa contaminada.
- Te rasguñas o cortas con una jaula contaminada u otra superficie con bordes afilados.
- Estás expuesto al cerebro (especialmente), la médula espinal o el cráneo de un mono infectado.
¿Cuáles son los síntomas del herpes B?
El periodo de incubación de esta enfermedad en las personas varía, generalmente oscilando entre 3 y 7 días después de la exposición y, en algunos casos excepcionales, los síntomas pueden aparecer hasta un mes más tarde.
La infección por el virus del mono B puede presentar una variedad de indicios que van desde los síntomas gripales iniciales, hasta manifestaciones adicionales como náuseas, vómitos, dolor abdominal, hipo o la inflamación de los ganglios linfáticos.
Cuando la enfermedad empeora y el virus se propaga más, causa inflamación del cerebro y la médula espinal, lo que puede llevar a:
- Síntomas neurológicos e inflamatorios (dolor, entumecimiento, picazón) cerca del sitio de la herida
- Problemas con la coordinación muscular
- Daño cerebral y daño severo al sistema nervioso
- Muerte
Casos de virus B en el mundo
Según la CDC, desde que el virus B se identificó por primera vez en 1932, solamente se han documentado 50 personas que lo han contraído, de las cuales 21 murieron.
En 1997, por ejemplo, una investigadora murió a causa de una infección por el virus B después de que el fluido corporal de un mono infectado le salpicara el ojo.
En 2021, en China, un veterinario afincado en Pekín fue confirmado como el primer caso de infección humana por el virus del mono B, muriendo ese mismo año. El hombre de 53 años, que trabajaba en una institución dedicada a la investigación de primates, presentó síntomas iniciales de náuseas y vómitos un mes después de haber disecado dos monos muertos.