Una hembra de la especie de albatros de Laysan llamada 'Wisdom', considerada el ave más anciana del mundo, puso un huevo a la edad de 74 años.
"¡Lo hizo de nuevo!", celebró en X el Servicio de Pesca y Vida Salvaje de la región del Pacífico de Estados Unidos (USFWS, siglas en inglés) al publicar imágenes del ave con una nueva pareja y tras aovar un huevo.
Wisdom, quien estuvo durante décadas con su pareja Akeakamai -otro ejemplar de albatros de Laysan que no ha sido avistado desde hace año-, ha sido vista realizando bailes de cortejo con otros machos.
Pero desde hacía cuatro años que no ponía un huevo, lo que hace especial este acontecimiento entre los responsables del refugio Midway.
"Nos sentimos optimistas sobre la (eventual) eclosión del huevo", dijo en el comunicado de la USFWS Jonathan Plissner, biólogo supervisor de vida salvaje en el Refugio Nacional de Vida Salvaje del Atolón de Midway, junto a un vídeo publicado en YouTube de la pareja de padres y el futuro polluelo.
Wisdom, que lleva grabada su identificación 'Z333' en el anillo rojo alrededor de una de sus patas, fue identificada y anillada por primera vez en 1956, poco después de que este ejemplar de albatros de Laysan, también llamado albatros mōlī, pusiera un huevo, según el USFWS.
Desde entonces se calcula que Wisdom ha puesto entre 50 y 60 huevos. La mitad de ellos eclosionaron y los polluelos salieron volando del atolón, apuntó Plissner.
Los albatros de Laysan (Phoebastria immutabilis), que son la segunda ave marina más común en las islas hawaianas, miden alrededor de 80 centímetros de largo y tienen una envergadura de poco más de dos metros, llegando a pesar hasta más de cuatro kilogramos en el caso de los machos.
Estas aves llegan a su madurez sexual a los cinco años de edad aproximadamente y suelen regresar anualmente al mismo lugar de anidación para reunirse con su pareja, y si pueden, ponen un huevo.
Casi la totalidad de la población de los casi 1,2 millones de albatros de Laysan habitan en el extremo noroccidental del archipiélago hawaiano.
Estas aves están clasificadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUNC, siglas en inglés) como 'casi amenazada' tras ser cazadas por sus plumas o por morir tras quedar atrapadas en redes de pesca.