El Parlamento Europeo aprobó la prohibición de la venta de vehículos a gasolina y diésel a partir de 2035, buscando reducir el 55% de las emisiones para 2030.
Según reportó AFP, la normativa fijó dos plazos para reducir las emisiones de vehículos particulares.
El primer objetivo es una reducción de 55% de CO2 para automóviles nuevos y de 50% para furgonetas nuevas, desde esta jornada hasta 2023, en comparación con los niveles registrados en 2021.
En tanto, el segundo objetivo es del 100% para vehículos de turismo y furgonetas nuevas para 2035, lo que —según quienes aprobaron el acuerdo— da un margen de acción para que la industria se adapte.
El eurodiputado liberal Jan Huitema, quien se encargó de elaborar el informe, dijo que el plan brinda "seguridad a los inversores y fabricantes", y hace a la Unión Europea "más independiente de combustibles fósiles de terceros países”.
La derecha rechazó el acuerdo argumentando que pone en riesgo a la industria europea. El diputado belga Pascal Arimont señaló que "es un tremendo error estratégico" y que "nadie duda de que el coche eléctrico es importante para reducir las emisiones, pero apostarlo todo a una carta no tiene que ver con perspicacia estratégica”.