Un cara a cara entre la fiscal (ella) y el delincuente convicto (su rival).
Este es uno de los marcos en los que la vicepresidenta Kamala Harris ha planteado la contienda electoral contra el candidato republicano Donald Trump, el primer expresidente de EE.UU. en que ha sido declarado culpable en un juicio penal.
Una batalla que la candidata demócrata a la Casa Blanca apenas ha tenido tres meses para organizar.
Pero en este tiempo logró revertir a un empate la tendencia de las encuestas -que con Joe Biden como candidato arrojaban malas perspectivas para los demócratas-, recaudar una cantidad de dinero récord para la campaña y dar una imagen más positiva y de futuro.
Al periodista y escritor Dan Morain, que conoce a Harris desde mediados de los años 90, cuando la joven licenciada en ciencia política, economía y derecho empezó a despuntar como fiscal en su California natal, no le extraña esta energía.
"La Kamala Harris que veo en esta campaña es como la de sus años de fiscal, pero mejor", defiende Morain. "Con un discurso mejorado, con mayor claridad a la hora de expresar su visión de las cosas".
Sin embargo, el periodista afincado en Sacramento, capital de California, reconoce que la carrera está muy ajustada y que Harris tiene por delante serios desafíos.
En el libro biográfico Kamala’s Way: An American Life (2021), Morain hace un recorrido por la trayectoria de la exfiscal y exsenadora, combinando elementos de su vida personal con los hitos de su carrera profesional.
BBC Mundo habló con él para entender mejor a la mujer que aspira a ser la primera prresidenta de Estados Unidos.
Si echamos un vistazo a la carrera de Kamala Harris, podríamos decir que toda su vida se ha estado preparando para este momento. Usted la conoce bien, ha sido testigo de su progreso durante décadas. ¿Cómo la ve ahora?
La Kamala Harris que conocí en California era una buena política, muy inteligente, con una mente ágil.
Lo que veo ahora, desde que se convirtió en la nominada demócrata para las presidenciales, es aquella Kamala Harris, pero mejor.
Estuve en uno de sus mítines en Las Vegas y su forma de hablar ha mejorado. Expresa sus puntos de vista de forma más aguda, y percibo lo mismo en sus entrevistas en televisión.
Es una mejor política de lo que era, y eso que ya fue una buena fiscal general de California y antes fiscal de distrito de San Francisco.
Empieza su libro Kamala’s Way: an American Life afirmando que si Kamala Harris debe su lugar en la historia a alguien es a la inmigrante india de 25 años que fue su madre. ¿Por qué Shyamala Gopalan es una figura tan esencial en la vida de Harris?
Creo que una madre siempre es importante, para todos, y tiene una gran influencia en nuestras vidas.
Pero en el caso de Kamala, sus padres se separaron cuando ella era muy pequeña, tenía unos 5 años, así que ella y su hermana vivieron y crecieron esencialmente con Shymala.
Ella lo ha dicho de forma directa durante esta campaña: es la hija de su madre.
Hubo un período cuando era adolescente, entre los 12 y los 18 años, que vivieron en Quebec.
Su madre aceptó un puesto de trabajo en una universidad en Montreal para dar clases y en un hospital donde se especializó en el cáncer de mama, y logró importantes avances en la investigación de las hormonas relacionadas con la enfermedad.
Tras unos años de separación mientras Harris estudiaba en la Universidad Howard en Washington DC, ambas mujeres se reencontraron en California, donde mantuvieron una estrecha relación ya hasta la muerte de Shyamala en 2009.
Yo nunca conocí a su madre, pero claramente era una fuerza de la naturaleza y tuvo un gran impacto en sus hijas.
¿Cómo cree que la experiencia de Harris como fiscal ha impactado su carrera política?
Kamala Harris empezó como fiscal de sala y de ahí fue ascendiendo hasta ser fiscal de distrito de San Francisco, un importante cargo al que se llega mediante elección popular.
En todos esos trabajos conoció un lado oscuro de la vida, comprendió que hay gente que le hace el mal a otras personas, y su trabajo era precisamente encontrar justicia para los que representaba, el pueblo de California y las víctimas individuales de los delitos que ella procesaba.
Eso sin duda afecta a una persona. Puede ser muy brutal escuchar ese tipo de testimonios.
Más adelante, ya como fiscal general de California su trabajo cambió; no estaba en la sala del tribunal, pero estaba al frente del Departamento de Justicia del estado, el segundo más grande del país después de su símil federal.
Manejó todo tipo de casos, desde fraude bancario a protección de consumidores frente a las grandes corporaciones, tráfico de personas, y muchos otros asuntos, y entiende que los responsables de delitos deben rendir cuentas.
De hecho, es muy notorio que en la campaña ella se presenta como una fiscal y a su rival, Donald Trump, como un delincuente convicto.
Es la fiscal frente al delincuente. Ese es uno de los marcos en los que está desarrollando su campaña.
Hablando de la campaña de Harris y de sus opciones de llegar a la presidencia, ¿cuáles son, en su opinión, sus principales fortalezas y sus debilidades?
Su principal fortaleza es que no es Donald Trump… la mitad del país votará por cualquiera que no sea Donald Trump.
Más en serio, es una campaña muy difícil, y esta es una debilidad que puede acabar jugando a su favor.
Tuvo que empezar desde cero muy avanzada la campaña. Normalmente una campaña presidencial dura dos años o más, ¡seguro que ya hay candidatos preparándose para las elecciones de 2028!
Ella tuvo que empezar a finales de julio, estar lista para una convención nacional a finales de agosto y aquí estamos, ya en la recta final.
Está trabajando muy duro. Está en todas partes, visitando todos los llamados estados péndulo, participando en numerosos eventos, dando entrevistas a medios de distinto tipo y con audiencias diferentes… Está actuando como una gran política.
Una de las cosas que ha sorprendido a algunos es el éxito de su campaña en la recaudación de fondos, que ha alcanzado cifras récord, sobre todo teniendo en cuenta los pocos meses que lleva como candidata. ¿Este éxito es atribuible a ella o qué otros factores han influido?
Gran parte de esa recaudación de fondos que está logrando se debe a que mucha gente no quiere a Donald Trump en la presidencia y, además, ven que ella tiene opciones de ganar.
Uno de los aspectos destacados de su campaña es que, si bien cuenta con una porción de gente muy adinerada que la apoya, está recibiendo un gran número de pequeñas donaciones, de US$5, US$10, US$25… y lo puedes ver en el registro de las donaciones.
Esto es algo realmente extraordinario.
Estamos ante un gran número de personas que no son ricas, que no pueden permitirse donar el máximo permitido (US$3.300), y que le dan lo que pueden.
Cuando Barack Obama se postuló en 2008, la gente estaba impresionada por las pequeñas donaciones que recibía y no llegaban al tercio.
Y si miras los números de Trump, un 29% de las donaciones son inferiores a US$200.
Otra de las cosas de las que estamos oyendo hablar mucho es el cambio. Ella enfatiza la necesidad de mirar hacia delante, de darle la vuelta a la página y no volver atrás. Y usted muestra en su libro que el cambio también fue la fuerza impulsora de su primera campaña para un cargo electo a principios de la década de 2000.
Sí, en 2003 fue la primera mujer que llegó a ser fiscal de distrito en San Francisco, años después fue la primera mujer en ser fiscal general de California y la primera mujer vicepresidenta de EE.UU. Ha roto muchas barreras.
Además, es una mujer racializada: su padre es un hombre negro de Jamaica, su madre era una inmigrante de India, por lo que su historia es parte de su fortaleza. Y esto forma parte del retrato, del reclamo de votar por alguien diferente.
Pero sus críticos dicen que no hizo mucho mientras estuvo en la vicepresidencia y que, si gana, su presidencia será como un segundo mandato de Joe Biden.
Bueno, los vicepresidentes no hacen políticas ni son los jefes. Su trabajo es dar apoyo al presidente y a sus políticas.
Por supuesto que Harris va a ser diferente de Biden.
Ahora bien, no va a ser extremadamente diferente en lo que respecta a la política internacional. Mantendrá el apoyo a Ucrania y creo que también lo hará con Israel.
Pero tendrá un gabinete totalmente distinto. No tendrá a Merrick Garland como fiscal general, y desde luego no a Antony Blinken como secretario de Estado…
Todo esto ¡si gana! Ese es un gran "si", nadie lo sabe, estamos ante un empate. Si la elección fuera hoy… ¡quién sabe qué pasaría!
En su libro biográfico, usted da algunos ejemplos que muestran una Kamala Harris muy compasiva que tiene gestos de cariño y apoyo a personas anónimas cuando las cámaras están apagadas. No mucha gente sabe esto. ¿Podría hacer una aproximación a este lado menos conocido de la vicepresidenta?
En Kamala’s Way escribo sobre personas a las que visitó o cuidó cuando estaban cerca de la muerte siendo ella ya una figura relevante.
Más recientemente he conocido otros casos.
Durante la convención demócrata en Chicago, hablé con una mujer llamada Rebecca Prozan que lideró su campaña para fiscal de distrito en 2003, y me contó que siendo ya vicepresidenta, Harris se tomó el tiempo para llamarla cuando su madre murió y le dijo que estaba pensando en ella.
También hablé con el hombre que dirigió su primera campaña para fiscal general en California, Brian Brokaw, que vive en Sacramento cerca de mí. Su cumpleaños fue el 21 de septiembre y Harris le llamó inesperadamente para felicitarlo.
Ella hace este tipo de cosas, que quizá puedan ser vistas como pequeños gestos, pero realmente no lo son; quiero decir, significan mucho para las personas que reciben estas llamadas y este reconocimiento.
Creo que es uno de los aspectos que la unen al presidente Biden, que también es alguien empático. No lo conozco bien, solo lo vi una vez y seguro que no se acuerda de mí, pero es bastante sabido que tiene corazón, que piensa en los demás, y Harris también.
Es un rasgo importante para un político. Quieres gente que pueda sentir el dolor de otras personas.
Volviendo al hecho de que Harris es mujer, aunque ella no hace bandera de esto, he visto artículos recientes que hablan sobre el sexismo y su prevalencia en EE.UU. Esto puede parecer un poco cliché o lugar común, pero ¿está Estados Unidos preparado para una presidenta?
Es una muy buena pregunta... para la que no tengo respuesta.
Pienso que el hecho de ser mujer le ayuda con parte del electorado y no le ayuda con otra parte.
Hablaba con un amigo mío, hace dos semanas, un tipo muy progresista que trabaja para una mujer política y me dijo que le resulta muy difícil escuchar la voz de Kamala Harris.
Interesante… a mí me cuesta escuchar a hombres políticos a veces.
Creo que el sexismo por supuesto es muy real, y también el racismo. No estoy seguro de que la gente que es sexista vaya a votar por ella, pero esto es algo que quizá nunca sepamos, si su género y su origen afectan sus opciones.
Desde luego no lo sabremos hasta después de las elecciones.
Para terminar, si tuviera que describir a Kamala Harris en unas pocas palabras u oraciones, ¿qué diría?
Hace un tiempo, Donald Trump dijo que los líderes de otros países la verían como un juguete, alguien manejable, en una caracterización terriblemente sexista. Desde luego esa no es Kamala Harris.
Es una persona muy dura, inteligente, formidable. Se divierte, es alegre, le importan los demás, pero también puede ser muy dura.
Lo vi de primera mano en mis interacciones con ella cuando yo era editor en el periódico The Sacramento Bee y antes como columnista en Los Angeles Times. Era una "cliente" muy muy dura.
Lo demostró también en muchos de sus casos como fiscal entre los que destaca cuando siendo fiscal general de California se enfrentó a las cinco firmas hipotecarias más grandes del país para ayudar a lograr un acuerdo nacional histórico de US$25 mil millones como compensación a las personas afectadas por los desahucios.
O como se vio en su afilado interrogatorio al juez Brett Kavanaugh, candidato de Trump para la Corte Suprema, en 2018, siendo ella senadora.
Es muy buena política, ética, no creo que vaya a haber ningún escándalo económico relacionado con ella.
Pero sí, una dama dura.