El gobierno de Japón y el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) acordaron el martes (12.03.2024) seguir trabajando juntos en el proceso de vertido del agua tratada de la accidentada central de Fukushima.
El director general del OIEA, Rafael Grossi, de visita oficial en el país asiático hasta el jueves, mantuvo una reunión con el portavoz gubernamental japonés, Yoshimasa Hayashi, con quien acordó seguir involucrado en la evolución del vertido.
"La participación del OIEA sigue siendo importante, y Japón continuará explicando la seguridad del vertido tanto a nivel nacional como internacional con transparencia y basándose en la evidencia científica", afirmó Hayashi, en declaraciones compartidas por la Cancillería japonesa.
Japan, IAEA agree to keep working together on treated Fukushima water https://t.co/optTwcyek3
— The Mainichi (Japan Daily News) (@themainichi) March 13, 2024
Grossi, por su parte, dijo que visitará la central de Fukushima Daiichi y que el OIEA "seguirá implicado hasta que se vierta la última gota".
Su visita arrancó un día después de que Japón conmemorara el 13 aniversario del terremoto de magnitud 9,1 y el devastador tsunami que lo sucedió, una catástrofe que dejó más de 22.000 muertos y desaparecidos y desencadenó además la crisis nuclear de Fukushima, la peor desde la de Chernóbil (Ucrania) en 1986.
Grossi inspeccionará sobre el terreno, en la central de Fukushima Daiichi, el sistema de depurado y vertido al Pacífico del agua tratada que se almacena en las instalaciones atómicas, una descarga que comenzó el pasado mes de agosto.
IAEA DG @rafaelmgrossi is in #Japan. His visit includes, among others, meetings with Prime Minister @kishida230 and other high-level officials, Fukushima Daiichi NPP and exchange with locals, lecture at @UTokyo_News. pic.twitter.com/WD4skCPoW9
— IAEA - International Atomic Energy Agency ⚛️ (@iaeaorg) March 12, 2024
Dentro de este plan, TEPCO, la empresa que opera la central, está vertiendo al Pacífico más de 1,32 millones de toneladas de agua contaminada de radioisótopos, tras ser procesada para retirarle la mayoría de esos materiales altamente radiactivos y diluida en agua marina, un proceso que se prolongará varias décadas.
El gobierno nipón, la operadora de la planta y el regulador nuclear japonés se decantaron por el vertido al océano como la mejor vía para solucionar el problema del almacenamiento limitado para el líquido dentro de las instalaciones nucleares, y tras descartar otras alternativas por su complejidad técnica o su mayor coste.