Luego de varias semanas de brillantes actuaciones, Nicolás Jarry cayó en primera ronda de Roland Garros y luego se bajó del ATP 500 de Queen's por una enfermedad viral. Sin embargo, todo se complicó cuando ese virus derivó en la enfermedad de Méniere, que hoy lo tiene casi descartado de Wimbledon.
El problema, según detalló el propio Jarry luego de participar en una actividad publicitaria, es que dicha enfermedad no le permite entrenar y perdió la capacidad de balancearse.
“Aún no estoy entrenando, no tengo la capacidad de ir a la cancha a entrenar. Juego con mi familia para ir aprendiendo a balancearme, que es lo que me atacó y que perdí. Puede durar mucho tiempo, meses o semanas. Varía de cada persona”, contó.
“Estoy haciendo todos los ejercicios posibles para reeducar mi cuerpo. Estoy con fe, tratando de aprovechar el tiempo para otras cosas. Me encantaría tener una fecha o cosas más claras, pero voy día a día. Cada día voy un poco mejor”, añadió.
La recuperación es lenta, motivo por el que su participación en Wimbledon (comienza el 1 de julio) está prácticamente descartada: “Me gusta jugar en pasto. Hay que hacer un juego más intuitivo, más entretenido. Con mis golpes hago más daño. Espero llegar, estoy haciendo todo lo posible. Es difícil, pero el doctor lo cree posible dados mis avances. Tengo que ir día a día”.
Eso sí, su participación en los Juegos Olímpicos está confirmada: “No corre riesgo mi participación, no debería. Uno nunca sabe qué te va a traer el futuro, pero estoy tranquilo, contento. Tengo que hacer las cosas muy bien en la preparación física, llevo dos semanas en cama y tres sin hacer ejercicio”.
Pero ¿qué es la enfermedad de Méniere? El otorrinolaringólogo de Clínica Las Condes, Andrés Ortega, explicó a LUN que “es una de las causas del síndrome vertiginoso. Se inflama el oído interno, produce una tensión de los líquidos donde se encuentra la regulación del equilibrio. Provoca a veces pérdida de audición y/o de equilibrio, da la sensación de oídos tapados y zumbidos”.
“Es generalmente de causa desconocida, parte de forma repentina asociada al estrés, y a veces a algún virus, no es contagioso”, agregó.
“El futuro es incierto, todo depende, porque si vuelve a jugar muy rápido puede retrasar la recuperación. Tiende a ser recidivante, a veces va y viene, depende de los períodos de estrés”, finalizó.