En las últimas horas, Martín Vargas (70) sorprendió denunciando su despido desde la Municipalidad de Maipú tras más de 20 años realizando clases de boxeo a niños y jóvenes de la comuna.
A través de un comunicado, el histórico púgil nacional señaló que "según los funcionarios presentes, no estaba realizando actividades, motivo por el cual mi sueldo no había sido pagado durante noviembre".
El 30 de mayo del presente año, Vargas sufrió un grave atropello mientras cruzaba una calle de la comuna, terminando con fracturas costales y un traumatismo encéfalo craneano, lo cual derivó en su recuperación en la Asociación Chilena de Seguridad (AChS).
Tras el revuelo generado por su denuncia pública, desde el municipio emitieron un comunicado en el que señalaron que el retirado boxeador "no está en condiciones físicas de cumplir las funciones estipuladas inicialmente en su contrato, por lo que se le brindará un apoyo económico permanente sin obligarlo a realizar labores que no son compatibles con su estado de salud".
"Estoy apto para trabajar"
En diálogo con LUN, Martín Vargas aseguró que desea continuar ejerciendo sus labores en el municipio, y que no quiere recibir una pensión.
"No, no, no, yo no quiero pensión. Estoy apto para trabajar, dirigir y dar charlas, todo lo que me pidan yo lo hago", aseguró. En esa misma línea dijo que "piensan que necesito una limosna, pero yo no quiero eso. Realmente todo esto me tiene destruido".
"Estoy en terapia y con licencia médica. Me siento un poco mejor, así que no es para que digan que no tengo las condiciones, que no puedo trabajar más... ¡No, miércale! El atropello me dejó bien complicado, pero gracias a Dos he estado superándome día a día", recalcó.
Familia denuncia trato "denigrante"
Natalia Vargas, hija del boxeador, también contó al citado medio una difícil situación que vivieron con funcionarios de la municipalidad en una reunión.
Según contó, el viernes pasado fueron citados por el jefe de la Oficina de Deportes, Paulo Abarca, y el jefe de gabinete del alcalde, Tomás Vodanovic, junto con otra mujer que no se identificó.
"Él tiene problemas de memoria, empieza a hablar, a veces se le va la idea y termina hablando de otra. Ahí la chica que estaba en la reunión, dice: 'Martín, usted qué quería decirle a Juanito Pérez', y se pusieron a reír los tres. Lo miraban y se reían en su cara", señaló.
Ante esta situación, una enfermera de la AChS que los acompañaba les dijo que "'Don Martín tuvo un TEC cerrado' y les nombró técnicamente lo que tiene. Entonces, no dijeron nada y ahí se terminó la reunión. Fue súper desagradable todo".