Continúan las repercusiones tras el escandaloso final del debut de la selección argentina de fútbol en los Juegos Olímpicos de París 2024, donde no sólo hubo agresiones a los jugadores trasandinos e invasión de los fanáticos marroquíes a la cancha, sino también el VAR anuló el gol de Cristian Medina más de una hora después, decretando la derrota de la albiceleste.
En ese contexto, ahora el diario Olé aseguró que existió un "engaño" para que los jugadores del elenco dirigido por Javier Mascherano volviera a la cancha pese a los incidentes.
Si bien el medio señaló que efectivamente existió un "offside milimétrico", apuntó a que el VAR lo supo de inmediato y no en el momento de la reanudación.
"Con esta tecnología, hasta el instante exacto del impacto en el balón se determina automáticamente y no por un operador que frena la imagen en el cuadro que le pidan", señaló.
"Pero cuando los jugadores estaban de acuerdo en que no había que continuar (creían que estaban 2 a 2), los convencieron de volver a salir diciéndoles que el árbitro iba a revisar el gol. No diciéndoles que el VAR ya había visto offside (que comunicó una hora y media después de producido, cuando con el sistema semiautomático lo podía saber en menos de un minuto)", disparó.
"Entonces, podía pensarse que iba a revisar otra cosa: cómo recuperó la pelota Argentina (no hubo foul) o el rebote en la mano del defensor de Marruecos al patear Otamendi, antes del offside de Amione. Esto último apenas se ve en las tomas que mostraron, y si hay mano no parece sancionable, está en posición natural", agregó.
"Pero aunque algún resquicio del protocolo le permita al árbitro ir a ver cualquier jugada si él quiere, lo que se hizo fue una puesta en escena para convencer a los jugadores de que volvieran a salir a la cancha que un par de horas antes había sido invadida e inundada de proyectiles y petardos", continuó.
"Ese teatro lo completó el árbitro Nyberg yendo a ver la pantalla por una situación factual, que hoy por hoy en todo el mundo se decide sin ir a ver nada, sino con la simple comunicación del asistente de video desde la cabina, de que hay o no offside. ¿Qué va a controlar el árbitro a la pantalla? ¿Desconfía de la tecnología? ¿Él puede corregir las líneas? Fue una enorme payasada", finalizó.