Volver al especial
Marcia y su hijo de 13 años compartían un momento tranquilo al interior de su hogar cuando oyeron la ráfaga de disparos. El niño gritó para advertir a su madre, pero segundos después una de las balas penetró en su cuerpo y le quitó la vida.
En los años que la familia vive en el barrio no habían presenciado situaciones tan peligrosas. Tampoco saben de dónde vino el tiroteo, las armas, ni menos la razón de este.
“No sé ni el día, ni la hora, ni el tiempo que pasa; porque yo sigo extrañando a mi hijo todos los días”, dice triste Marcia, cuyo nombre es otro, pero que hoy no ha querido revelar los detalles de su caso para no exponerse demasiado. Tiene miedo que los victimarios vuelvan a hacerle daño.
“Ya vemos que ni en tu propia casa estás seguro, porque igual irrumpen en tu hogar, a una que como ciudadana normal no anda metida en ese tipo de cosas. Creo que las drogas son una de las causales de que la gente ande tirando balas locas", señala.
Recordando la muerte de su hijo, Marcia se quiebra varias veces durante la entrevista. Reconoce que sin el apoyo de su familia y profesionales de salud mental no podría estar parada. Se siente mejor que antes, pero no logra proyectarse. Nada es lo mismo que “cuando tenía a mi hijo al lado”.
“La esperanza que me queda es que se le haga justicia a mi hijo y no pase más esto. (…) Una quisiera que nunca más se repitiera ningún caso de un niño que su madre tenga que ir a retirarlo a una morgue, no debiéramos como sociedad ver partir a nuestros hijos por delincuentes”, sentencia Marcia.
“Quisiera que ellos paguen las cosas que tienen que pagar y no los suelten, no salgan con beneficios y sean condenas ejemplares, no un par de años no más y después vuelvan y vengan a hacer lo mismo”, enfatiza.
El caso del hijo de Marcia actualmente está siendo investigado por la justicia.
*Los detalles de lugares y nombres reales fueron omitidos del texto, debido a que la madre de la víctima siente estar en peligro.