La NASA ha comenzado una serie de pruebas para desarrollar motores de propulsión nuclear, tecnología que permitirá realizar misiones tripuladas a la Luna y Marte de forma más rápida y eficiente.
LEE TAMBIÉN EN CONCIENCIA 24.7:
- Italia bloquea la app china de IA ‘DeepSeek’ por falta de transparencia
- NASA lanzará el telescopio SPHEREx para mapear el cielo en infrarrojo
- China planea explorar el polo sur lunar en busca de hielo
Las pruebas, realizadas en el Centro Marshall para Vuelos Espaciales de la NASA en colaboración con General Atomics Electromagnetic Systems (GA-EMS), buscan verificar el desempeño del combustible nuclear diseñado específicamente para operar en las condiciones extremas del espacio.
“Los resultados representan un hito crítico en la demostración del diseño de combustible para reactores NTP”, afirmó Scott Forney, presidente de GA-EMS.
Pruebas a temperaturas extremas
El combustible nuclear fue sometido a flujos de hidrógeno caliente y a seis ciclos térmicos que elevaron la temperatura hasta 2.326°C (2600 K), simulando las condiciones que encontraría un reactor NTP en una misión espacial. Cada ciclo incluyó una retención de 20 minutos para evaluar la resistencia del material frente a la erosión y degradación.
“Somos la primera empresa en utilizar la instalación de prueba CFEET de la NASA para demostrar la capacidad de supervivencia del combustible a temperaturas extremas”, explicó Christina Back, vicepresidenta de Tecnologías y Materiales Nucleares de GA-EMS.
Además, se realizaron pruebas en un entorno sin hidrógeno, confirmando que el combustible nuclear funcionó excepcionalmente bien a temperaturas de hasta 3000 K, lo que lo hace hasta tres veces más eficiente que los motores de cohetes químicos convencionales.
¿Por qué la propulsión nuclear es clave para viajar a Marte?
Los motores de propulsión térmica nuclear (NTP) utilizan un reactor para calentar hidrógeno y expulsarlo a alta velocidad, generando un impulso mucho mayor que los cohetes de propulsión química tradicionales. Esta tecnología permitiría reducir significativamente el tiempo de viaje a Marte, disminuyendo la exposición de los astronautas a la radiación cósmica y otros riesgos del espacio profundo.
Astronautas a Marte
“Estamos entusiasmados de continuar nuestra colaboración con la NASA para madurar y probar este combustible con miras a futuras misiones cislunares y a Marte”, concluyó Christina Back.
Con estos avances, la NASA sigue dando pasos clave para concretar su ambicioso plan de enviar astronautas al planeta rojo en la próxima década.