Un informe de la Unesco revela que el 62% de los creadores de contenido digital no realiza una verificación sistemática antes de publicar, exponiendo a sus audiencias a riesgos de desinformación y falta de rigor.
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La Unesco, en colaboración con la Universidad de Bowling Green State (EE.UU.), ha publicado el estudio “Behind the Screens”, donde se analizan las prácticas, desafíos y principios éticos de los influencers. Los resultados muestran una alarmante falta de verificación de datos entre los creadores de contenido, lo que subraya la necesidad de formación en alfabetización mediática e informacional.
¿Qué revela el estudio?
El informe analizó las actividades de 500 creadores de contenido de 45 países y 8 regiones lingüísticas, recopilando datos entre agosto y septiembre de 2024. Entre los hallazgos más destacados:
- 62% de los encuestados admitió no verificar de forma rigurosa la exactitud de la información antes de compartirla.
- 41.6% confía en la credibilidad de un mensaje basándose únicamente en el número de “me gusta” o reproducciones.
- Solo el 17% prioriza las pruebas y documentación que respaldan la información compartida.
Además, la mayoría de estos influencers son jóvenes menores de 35 años, en su mayoría clasificados como “nano-influencers” (aquellos con entre mil y diez mil seguidores), representando el 68% del sector.
Motivaciones y retos de los influencers
Los influencers tienen diversas motivaciones:
- 26% busca compartir su conocimiento.
- 23.8% lo hace para ganar dinero.
- 23.4% persigue entretener.
No obstante, enfrentan importantes desafíos éticos, como:
- Discursos de odio: 32% de los encuestados declaró haber sido víctima de ataques en línea.
- Dilemas relacionados con derechos de autor, contenido patrocinado y sensacionalismo.
- Desconocimiento de normativas: el 59% de los creadores ignora los marcos legales sobre comunicación digital.
¿Qué propone la Unesco?
Ante este panorama, la Unesco ha lanzado un curso mundial de formación para creadores de contenido digital, en colaboración con el Knight Center. Este programa, que ya cuenta con 9 mil inscritos desde el 18 de noviembre, busca dotar a los influencers de herramientas para reconocer fuentes confiables, combatir la desinformación y gestionar los dilemas éticos que enfrentan en su actividad diaria.
“Los creadores digitales son piezas clave del ecosistema de información actual, pero necesitan formación para enfrentar la desinformación y los discursos de odio en línea”, señaló Audrey Azoulay, directora general de la Unesco.
Conclusión
El informe destaca la urgencia de capacitar a los influencers y establecer marcos éticos y normativos claros. A medida que crece su influencia en el ámbito digital, es fundamental garantizar que esta sea ejercida de manera responsable y basada en información verificada.
