Un nuevo estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences revela un fenómeno inquietante: regiones del planeta están experimentando olas de calor extremo, conocidas como "invernaderos temporales", que desafían los modelos climáticos actuales. Estos puntos de calor están dejando impactos devastadores en la salud, la agricultura y el medio ambiente.
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Un mapa global de puntos calientes
El equipo de investigadores de Estados Unidos y Austria elaboró el primer mapa mundial que identifica estas regiones, abarcando todos los continentes excepto la Antártida. Zonas como el noroeste de Europa, el este de Australia, Siberia, la península arábiga y Sudamérica destacan como puntos críticos, con temperaturas que superan por amplios márgenes lo previsto por los modelos climáticos.
En Europa, por ejemplo, las olas de calor de 2022 y 2023 provocaron decenas de miles de muertes, demostrando que estas anomalías térmicas no solo afectan a regiones cálidas, sino también a aquellas sin infraestructura para enfrentarlas.
La ciencia detrás de los "invernaderos temporales"
Los investigadores atribuyen estas tendencias a una interacción compleja entre factores climáticos, como la desestabilización de la corriente en chorro y las ondas de Rossby, que estacionan aire caliente en ciertas regiones. Sin embargo, no todas las causas están claras. Algunos eventos, como la ola de calor en el noroeste del Pacífico en 2021, son tan extremos que se consideran "cisnes grises", sucesos casi impredecibles en el contexto climático actual.
Impactos en la vida humana y el medio ambiente
Las consecuencias son alarmantes. Estas olas de calor extremo están asociadas a graves impactos sanitarios, fallos en infraestructuras y pérdidas en la agricultura. En Estados Unidos, el calor excesivo ya es la principal causa de muertes relacionadas con el clima, superando huracanes e inundaciones. En 2023, se registraron más de 2.300 muertes por calor en el país.
En Canadá, el pueblo de Lytton alcanzó los 49,6 °C en 2021 antes de ser destruido por un incendio forestal alimentado por el calor extremo, un ejemplo desgarrador del poder de estas anomalías térmicas.
Un llamado a la acción
Con 2023 catalogado como el año más caluroso de la historia y 2024 en camino de superar este récord, los expertos destacan la urgencia de mejorar las estrategias de adaptación y mitigación. Propuestas como nombrar las olas de calor al igual que los huracanes buscan generar conciencia pública y presionar a los gobiernos para implementar soluciones eficaces.
Como señaló Kai Kornhuber, autor principal del estudio, "puede que no seamos capaces de adaptarnos con la suficiente rapidez". Sin embargo, reconocer estos fenómenos y estudiarlos es el primer paso para enfrentarlos.
