Click acá para ir directamente al contenido
Innovación y Emprendimiento

Desarrollan iniciativa pionera para controlar la erosión costera en Chile

Investigadores de la PUCV implementan un arrecife artificial y un bosque de algas en Maitencillo, estimando una mitigación del 25% en el daño por oleaje.

Investigadores de la PUCV instalan arrecifes artificiales en Maitencillo para controlar la erosión costera.

Vicente Barraza

- TVN

Miércoles 9 de octubre de 2024

La Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) ha puesto en marcha una innovadora iniciativa para combatir la erosión costera, mediante un sistema disipativo de oleaje que combina el cultivo de huiro flotador (Macrocystis pyrifera) y la instalación de arrecifes artificiales en la playa de Maitencillo. Este enfoque, único a nivel mundial, utiliza soluciones naturales para disminuir la fuerza de las marejadas y se validará mediante un piloto in situ.

LEE TAMBIÉN EN CONCIENCIA 24.7:

“Con el cambio climático, la costa se está erosionando cada vez más y estamos perdiendo nuestras playas. Con Macrocystis pyrifera, buscamos reconstruir este ambiente, colocando cabos entre los arrecifes artificiales para intensificar la densidad de algas y minimizar el oleaje que impacta la erosión”, explicó Felipe Hurtado, académico del Doctorado en Acuicultura de la PUCV y director del proyecto FONDEF en colaboración con la Universidad de Valparaíso.

Innovador prototipo en Maitencillo

El prototipo ocupa una superficie de 0,5 hectáreas y cuenta con una estructura de soporte fijada al fondo marino, incluyendo una red de arrecifes artificiales y líneas de polipropileno para el cultivo de huiro flotador. Esta infraestructura tiene como objetivo crear nichos ecológicos submarinos.

“Maitencillo fue elegido por su historial de proyectos exitosos en arrecifes, donde se ha demostrado la capacidad de asentar otros organismos. Además, los pescadores locales están motivados para participar. La playa presenta condiciones ideales con profundidades que permiten esta plantación”, agregó Hurtado.

Una vez instalado, el arrecife se evaluará con sensores de velocidad y cámaras que emplean inteligencia artificial (IA) para monitorizar la eficiencia hidráulica y el crecimiento de algas. “Estamos desarrollando una boya con sensores para medir el oleaje antes y después de la instalación, validando la efectividad del algoritmo basado en IA”, detalló Hurtado.

Futuras etapas y beneficios ambientales

La investigación continuará con una segunda fase, centrada en validar datos y controlar el porcentaje de disipación de energía generada por este bosque submarino, permitiendo la replicación del proyecto en otras playas. Además, se evaluará la capacidad del bosque de algas para captar CO2, contribuyendo a la recuperación del ecosistema.

“El mar recoge gran parte del CO2 de la atmósfera a través de microalgas, y las macroalgas también desempeñan un papel importante”, concluyó Hurtado.