El 1 de enero de 2025, un equipo internacional de científicos inició la expedición ECA 61, la última de una trilogía de misiones destinadas a investigar el impacto de la contaminación humana en la Antártica. Liderada por expertos como Francisco Cereceda y Gonzalo Barcaza de la Universidad Técnica Federico Santa María (Chile), junto a Magín Lapuerta de la Universidad de Castilla-La Mancha (España), esta misión busca responder preguntas clave sobre el deshielo acelerado de los glaciares.
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¿Qué estudiará la ECA 61?
El principal objetivo de la misión es identificar fuentes de contaminación en la península Antártica y analizar su influencia en los glaciares. Para ello, los científicos realizarán:
- Muestreos de hielo, nieve y aire.
- Estudios de aerosoles atmosféricos y black carbon, partículas que intensifican el calentamiento global al absorber radiación solar y acelerar el derretimiento del hielo.
"Esta expedición es una oportunidad única para consolidar nuestros hallazgos y entender los procesos que transforman la Antártica", comentó Francisco Cereceda antes de partir.
Ciencia en acción: una misión bajo condiciones extremas
La expedición enfrenta los desafíos del clima extremo del continente blanco. Durante varias semanas, los investigadores se moverán en barco, esquíes y motos de nieve para alcanzar puntos estratégicos. En carpas-laboratorio equipadas con tecnología de punta, analizarán los datos recolectados en terreno para obtener una comprensión más precisa del impacto de los contaminantes.
Un legado de tres expediciones
La ECA 61 marca el cierre de un ciclo que ha aportado datos cruciales sobre el impacto humano en los ecosistemas polares. Los resultados previos revelaron la presencia de contaminantes provenientes de diversas partes del mundo, destacando la interconexión global de los sistemas climáticos.
"Estos procesos tienen un impacto directo en los sistemas climáticos de todo el planeta", afirmó Magín Lapuerta, conocido por su trabajo sobre emisiones de partículas.
Además de generar conocimiento científico, la expedición busca concienciar sobre la fragilidad de los ecosistemas polares y la urgencia de tomar medidas para su conservación.
Compromiso con un futuro sostenible
La ECA 61 es un ejemplo del compromiso de la comunidad científica por proteger la Antártica y enfrentar los efectos del cambio climático. Mientras el mundo observa cómo estas transformaciones afectan el planeta, esta misión se perfila como un paso importante hacia un futuro más sostenible.
La expectativa es alta, pero también lo es la esperanza de que estos esfuerzos inspiren políticas y acciones concretas para proteger la región polar y sus ecosistemas únicos.