Un reciente estudio publicado en la revista científica Marine Policy ha revelado que Chile es el país con la mayor tasa de mortalidad de ballenas por choques con embarcaciones en la última década (2013-2023).
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Con una costa de más de 6.000 kilómetros, el país alberga cerca de la mitad de las especies de ballenas del mundo, pero el intenso tráfico marítimo está poniendo en riesgo su supervivencia. Según la investigación, al menos cinco ballenas mueren al año en las costas chilenas debido a colisiones con barcos, una cifra que supera ampliamente a la de otros países como Sri Lanka y Estados Unidos, que registran un promedio de 3,5 muertes anuales.
“Un 31% de las ballenas varadas en Chile mueren por colisión con embarcaciones. Esta cifra está muy por encima del promedio global”, señaló Susannah Buchan, oceanógrafa y coautora del estudio.
¿Dónde ocurre el mayor número de colisiones?
El estudio analizó los varamientos de ballenas en Chile desde 1972 hasta 2023, identificando un patrón preocupante en algunas regiones:
- Región de Magallanes: 21% de los casos.
- Región de Los Lagos: 18%.
- Región de Antofagasta: 13%.
- Regiones de Valparaíso y Coquimbo: 8% cada una.
Además, el 55% de los choques ocurren entre enero y mayo, coincidiendo con la temporada en que las ballenas llegan a Chile en busca de alimento.
Especies más afectadas
Las ballenas que más han sufrido estos impactos en Chile son:
- Ballena fin: 37% de las colisiones.
- Ballena jorobada: 21%.
- Ballena azul y ballena sei: 11% cada una.
Buchan advierte que este problema es aún más crítico considerando que muchas de estas especies están en riesgo de extinción debido a la caza comercial masiva que se realizó hasta la década de los ochenta.
Soluciones urgentes: reducir velocidad y reordenar rutas marítimas
El estudio propone medidas inmediatas para disminuir el impacto del tráfico marítimo en las ballenas:
- Reducción de velocidad: Limitar la velocidad de navegación en áreas donde se concentran grandes poblaciones de ballenas.
- Revisión de rutas marítimas: Analizar modificaciones en los trayectos de los barcos para evitar zonas críticas.
- Prohibir la instalación de nuevos puertos en regiones donde habitan grandes comunidades de ballenas.
“Las navieras no buscan colisionar con ballenas, pero el problema es el solapamiento entre las rutas marítimas y los hábitats de estos animales”, explicó Buchan.
Chile se enfrenta al desafío de armonizar su desarrollo marítimo con la conservación de su biodiversidad marina. Las cifras reflejan una urgencia que no puede seguir ignorándose si el país quiere proteger sus mares y la vida que en ellos habita.