Prisión preventiva para un abogado acusado de quedarse con las casas de sus clientes. El sujeto, ofrecía asesorías legales en bienes raíces, pero, en realidad, transfería las propiedades a cercanos sin que los dueños lo supieran.
Se trata del abogado Sergio Ponce, quien se encuentra siendo investigado por la Fiscalía bajo cargos de estafa, falsificación de documentos, prevaricación y arriesga 10 años de cárcel.
En mayo del 2024, la familia Valenzuela González de Maipú, vivió uno de los momentos más traumáticos que les ha tocado. Fueron víctimas de Sergio Ponce y, por medio de un receptor judicial, fueron obligados a abandonar su vivienda.
La víctima, Johanna González, recordó entre lágrimas el día que la dejaron en la calle, "ver a mi hijo cómo lloraban, cómo nos tiraban las cosas, que con tanto esfuerzo hemos construido y de la noche a la mañana nos tiran a la calle".
Por su parte, su esposo, Cristián Valenzuela, dijo que, "yo tengo un hijo de 8 años, ver que lo echen a la calle, que lo desalojen sin explicarle nada, lo sacaron de su habitación con sus juguetes. A toda mi familia, mi círculo, somos cinco personas. Fue horrible, no se lo deseo a nadie".
De esta manera descubrieron que su casa —ahora— es propiedad de una misteriosa mujer, quien resultó ser la mamá del abogado de la familia.
¿Cómo conocieron al abogado estafador?
Este matrimonio vio por primera vez a Sergio Ponce en el 2015, en medio de una aguda crisis económica, luego que Cristian quedará cesante.
"Empezaron a venir las deudas, los compromisos que teníamos que seguir cancelando y no teníamos los medios. Sufrimos pérdidas familiares muy grandes en ese tiempo, y ahí apareció Sergio Ponce en nuestras vidas por intermedio de un amigo de Cristian", explicó Johanna.
Pero, ¿cómo el estafador se ganó la confianza de la familia?, Cristián relató que, "él parte queriendo conocernos como familia. Se hace presente en la casa de uno, a medida que va pasando el tiempo se hace muy amigo, muy amable, muy afable".
Agregó que, "llegó al extremo de que él decía que se pasaba bien en mi casa, aparecía todos los fines de semana, en fiestas importantes nuestras se hizo presente".
El abogado se mostró cercano y rápidamente entablaron una amistad, pero la familia empezó a tener problemas para pagar los dividendos de la casa y de otra propiedad en Quilicura.
"Él iba como a congelar, supuestamente, a ayudarnos de manera de detener los no pagos de ambas casas en los dividendos y hasta que Cristian encontrara un trabajo estable", señaló Johanna.
En el 2019 la situación económica de la familia mejoró. Le dijeron al abogado que ya podían retomar el pago de sus dividendos, pero se encontraron con la desagradable sorpresa de que sus dos propiedades fueron traspasadas a personas cercanas a Sergio Ponce.
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