Todo gamer ha sentido las necesidad de disfrutar de un juego con ventajas que normalmente no tendría, o jugar a algún título que hemos estado esperando, pero que por alguna razón u otra, no podemos costear. Por esto, ciertos programadores independientes han inventado cheats y cracks para nuestra diversión.
Sin embargo, vale la pena preguntarse cuáles son los riesgos asociados con estos programas.
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¿Qué son los cracks y los cheats?
Los cracks son programas que alteran archivos específicos de un juego o del software que se desea crackear. Estos archivos suelen ser ejecutables (.exe en Windows) o librerías dinámicas (.dll en Windows, .so en Linux). Son las piezas del software que contienen las instrucciones que el sistema operativo ejecuta para hacer funcionar el juego.
Por ejemplo, un crack podría modificar el archivo ejecutable principal del juego y eliminar la verificación de la licencia al variar secciones del código que comprueban si se ingresa una clave válida o si el juego se ejecuta en un entorno de prueba. El crack reescribe estas secciones del código para que siempre devuelvan un resultado positivo.
En otras palabras, puede permitir que jueges tu título favorito sin pagar un peso.
Por otra parte, los cheats pueden modificar archivos de configuración que contienen datos del juego (como tablas de estadísticas), o incluso introducir nuevos archivos en el sistema del juego. Un cheat, por ejemplo, podría modificar un archivo que controla las estadísticas de los personajes para otorgar al jugador salud o munición ilimitada.
¿Por qué los antivirus reaccionan a los cracks y cheats que uno usa en videojuegos?
Para cualquiera que ha intentado utilizar esta técnica para conseguir un juego o poder alterar su experiencia de este una vez adquirido, seguramente se ha enfrentado con alguna interferencia de parte de su Antivirus. Eso es si tiene uno instalado.
Esto se debe a la similaridad que tienen con las prácticas que estos programas de seguridad están diseñados para detener. Cuando un crack o un cheat modifica archivos ejecutables o librerías dinámicas, está alterando directamente el código que el software original usa para funcionar. Este comportamiento es muy similar a una técnica maliciosa, en donde ciertos tipos de malware modifican archivos ejecutables benignos para insertar su propio código.
Además, los cracks y cheats suelen necesitar modificar verificaciones de seguridad puestas por el mismo juego para evitar alteraciones. Ya sea una firma digital o una protección de licencia, un software de protección podría interpretar ese “envenenamiento” como producto de una acción maliciosa.
“Un software de protección los detectaría como códigos maliciosos sin importar si realiza o no acciones dañinas", explicó Martina López, Investigadora de Seguridad Informática de ESET Latinoamérica. Según cuenta, las técnicas que utilizan los cheats y los cracks "pueden ser utilizadas tanto por software legítimo como por malware. Sin embargo, debido a su potencial para causar daño, estas técnicas suelen ser tratadas con sospecha por los programas antimalware”.
En específico, un tipo de cheat, llamado inyección de memoria, preocupa a estos programas de seguridad. Lo anterior se debe a como se asemeja a amenazas como los troyandos y rootkits, que, a menudo inyectan su propio código en la memoria de otros procesos para ocultarse y tomar control del sistema. Esto les permite operar en segundo plano sin ser detectados. Dado que los cheats y algunos cracks también inyectan código en la memoria para modificar el comportamiento del juego, los antivirus pueden detectar este comportamiento como indicativo de una amenaza.
Si un cheat intenta inyectar código y activar comportamientos que estos mecanismos están diseñados para prevenir, el antimalware lo detectará y bloqueará, identificándolo como una amenaza potencial. Para esto, una solución sería desinstalar el antivirus o, posiblemente, no instalar más cheats o cracks.
El Malware Escondido: los riesgos de usar cracks y cheats en juegos
Otro riesgo, aún más preocupante, es que el desarollador del crack o cheat tenga sus propios fines maliciosos. Aprovechando la confianza de sus usuarios, un informático astuto podría esconder todo tipo de software malicioso, o malware. En estos casos, el programa haría lo prometido, entregando la ventaja que uno buscaba o permitiendo que juege su juego favorito, pero sin darse cuenta, usted le estaría dando acceso total a su PC a un código oculto diseñado para hacerle daño.
Peor aún, los desarrolladores maliciosos pueden emplear técnicas avanzadas de evasión, ocultando el malware en capas de cifrado que se descifran únicamente en la memoria durante la ejecución del crack. ¿Qué significa esto? Que este código dañino sólo sería detectable una vez que esté activo.
También es posible que el malware modifique archivos críticos del sistema o del juego, estableciendo su persistencia incluso si el juego es desinstalado.
Esta combinación de técnicas hace que el malware incrustado en un crack o cheat sea especialmente peligroso, ya que el usuario puede estar disfrutando de las ventajas que el software proporciona, mientras en segundo plano su sistema es comprometido de maneras que pueden tener consecuencias graves y duraderas.
Por esto, si uno va a utilizar estos programas, uno no debe descargar este tipo de cracks o cheats de fuente que uno no conoce o no confía. Idealmente, hasta sería mejor que uno no descargue este tipo de archivos.