Esta semana, un estudio de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias encontró que la cotorra argentina, una especie invasiva en nuestro país, es portadora de la bacteria "Chlamydophila psittaci", conocida popularmente como la causante de la llamada "fiebre del loro".
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Sin embargo, ante el furor causado por esta revelación, vale la pena preguntar ¿cómo identificar a esta enfermedad? ¿qué síntomas causa? y ¿qué tan común es? Para responder estas preguntas y más, 24 Horas habló con uno de los autores de esta investigación, Cristóbal Briceño.
Efectos, síntomas, y riesgos de la "fiebre del loro": habla uno de los investigadores que descubrieron la bacteria en la cotorra argentina.
"Nosotros nos interesamos precisamente en comenzar a estudiar la cotorra argentina hace 5 años", explicó el académico, agregando que: "esta es una especie foránea. Se introdujo con el comercio de las mascotas. En los años 70, 80, sus poblaciones empezaron a aumentar y ahora se encuentran en varias ciudades en Chile. Es muy abundante."
A la hora de contar de sus estudios, precisó sobre los aspectos que ahondaron los científicos de la Universidad de Chile. "Nos interesamos en saber qué patógenos podrían largar estas cotorras y encontramos esta bacteria que se llamaba Chlamydophila psittaci", reveló Briceño, detallando que esta es"una bacteria que produce una enfermedad conocida como la fiebre de los loros porque se asocia con los psitácidos, que es la familia de los loros, cotorras, parakeets y otros".
El académico explicó en detalle los efectos que puede producir la bacteria encontrada en estas carismáticas aves. "En particular, esta bacteria, lo que produce en personas es un cuadro respiratorio, que puede tener distintos niveles de gravedad", advirtió. Acto seguido, Briceño describió las distintas intensidades que puede tomar la llamada "fiebre del loro". "Puede ser un cuadro respiratorio más leve o puede ser un cuadro respiratorio severo con compromiso pulmonar, neumonía y en algunos casos, repetir la hospitalización", describió.
Respecto a los métodos de transmisión, Briceño resaltó que el foco de contagio más grande es a través de contacto con "excreciones" y "heces" de un ave afectada.
Briceño también notó uno de los factores más peligrosos de esta bacteria. "La cotorra puede ser un portador sano y no estará eliminando la bacteria en todo momento", es decir, no hay forma clara y evidente de saber cuándo esta ave puede estar infectada, pero agrega de que es más probable de que elimine estas "cuando está más estresada".
Debido a lo anterior, advierte que:
Por eso es importante que si uno encuentra o ve una cotorra en el piso, que puede estar herida o que puede tener una conducta extraña es mejor no acercarse y alertar al Servicio Agrícola Ganadero y a las Municipalidades para que otras personas especialistas puedan realizar el manejo de estos animales.
¿Cómo identificar a una cotorra argentina? y ¿qué tan común es la bacteria?
Para poder prevenir la "fiebre del loro", es útil saber cómo identificar a esta especie portadora. Por esto, Briceño realizó una comparación sucinta con las contrapartes nacionales de la cotorra argentina. "En Chile, tenemos cuatro especies de loro que son nativos: el tricahue, el choroy, el periquito cordillerano y la cachaña", contó el académico.
En contraste, la cotorra argentina es una especie sinantr´ópica, según explica Briceño, que sigfica que "está habituada a vivir cerca del ser humano. Por eso se ha quedado también en las ciudades", explicó.
Respecto a su hallazgo, el investigador fue rápido en aclarar la frecuencia en que encontró esta bacteria. En su estudio, se lee que la Chlamydophila psittaci tenía un 7 a 8 por ciento de prevalencia. "Es decir, 7 de cada 100 cotorras portarían estos anticuerpos", resaltó.