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Precursores NAD+: ¿El secreto de la juventud?

Aunque esta molécula se ha posicionado como el elixir de la longevidad, su suplementación directa enfrenta algunas limitaciones.

24horas.cl

Jueves 13 de febrero de 2025

En el mundo de la suplementación, hay un compuesto que ha ganado popularidad como un elixir contra el envejecimiento. Desde figuras de Hollywood hasta personas comunes entusiasmadas por la promesa de longevidad, muchos ven al NAD+ como la clave para mantener la energía celular y frenar el deterioro asociado a la edad. Sin embargo, la ciencia cuestiona su efectividad cuando se consume directamente, señalando que sus precursores pueden ser una alternativa más eficiente.

Pero antes de ahondar más en el tema, hay que explicar qué es el NAD+ (dinucleótido de nicotinamida y adenina): se trata de una coenzima esencial para el metabolismo celular, fundamental en la producción de energía y la reparación del ADN.

Con los años, sus niveles disminuyen de manera significativa, lo que se relaciona con el envejecimiento y enfermedades metabólicas. Esto ha impulsado la búsqueda de estrategias para reponerlo y, con ello, mitigar los efectos de su ausencia.

A pesar de la creciente fama de los suplementos de NAD+, su biodisponibilidad es un obstáculo importante. “El NAD+ es una molécula grande que no se absorbe bien por vía oral. La mayor parte se degrada antes de llegar a las células, lo que reduce drásticamente su eficacia”, explica Pedro Grez, fundador de GREZ, la primera línea chilena de suplementos de etiqueta limpia. Añade que su ingesta directa no estimula adecuadamente las vías metabólicas encargadas de producirlo de forma natural, lo que limita su impacto real en el organismo.

Precursores de NAD+: La solución más eficiente

Ante estas limitaciones, los expertos recomiendan optar por precursores de NAD+, como la nicotinamida ribósido (NR), que se absorbe con mayor facilidad y se convierte en esta coenzima de manera más eficiente dentro de las células. Los precursores son moléculas más pequeñas y fácilmente absorbidas, lo que permite que el cuerpo las transforme en NAD+ de manera eficiente.

En este punto, es importante diferenciar entre los dos precursores más conocidos: el ribósido de nicotinamida (NR) y la nicotinamida mononucleótido (NMN). Aunque ambos aumentan los niveles de NAD+, el NR tiene ventajas claras en términos de biodisponibilidad, respaldo científico y costo.

“El NR es más pequeño y entra directamente a las células sin necesidad de pasos intermedios, mientras que el NMN debe convertirse primero en NR para ser aprovechado, lo que reduce su eficiencia”, explica Grez.

Además, NR ha sido más estudiado en humanos y es más estable, accesible y asequible en comparación con NMN, que enfrenta más desafíos regulatorios y es significativamente más costoso.

De esta forma, en lugar de introducir NAD+ directamente, los precursores entran en las células y activan los procesos metabólicos encargados de su síntesis natural. Esto no solo eleva los niveles de NAD+, sino que también reactiva mecanismos biológicos esenciales para la longevidad y la reparación celular. “El NR no solo aumenta los niveles de NAD+, sino que también activa rutas clave de longevidad, como las sirtuinas, favoreciendo la salud celular de manera sostenida”, añade Grez.