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La ciencia elige 6 canciones que serían perfectas

Un estudio del Instituto Max Planck analizó 80,000 acordes y reveló que el placer musical depende de un equilibrio entre sorpresa e incertidumbre.

24horas.cl

Grupos de música

Lunes 25 de noviembre de 2024

El cerebro humano tiene la fascinante capacidad de anticipar lo que vendrá al escuchar música. Cuando una canción cumple con estas expectativas o las desafía de manera sorprendente, se activa una respuesta de placer que puede convertirla en una obra maestra.

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Un equipo de investigadores del Instituto Max Planck en Alemania se propuso determinar qué canciones de pop pueden ser consideradas "perfectas" desde un punto de vista científico. Utilizando un modelo estadístico y analizando 80,000 acordes de éxitos populares grabados entre 1958 y 1991, concluyeron que el placer musical depende de un delicado equilibrio entre incertidumbre y sorpresa, de acuerdo a lo que publicó N+.

¿Qué hace que una canción sea perfecta?

El estudio reveló que las canciones más placenteras combinan expectativas claras con giros inesperados que mantienen al oyente enganchado.

Este hallazgo se deriva del análisis de acordes en miles de canciones que encabezan las carteleras estadounidenses. Los investigadores midieron cómo se predice el placer a partir de la incertidumbre del oyente sobre el próximo acorde y la sorpresa que siente al escucharlo.

Las 6 canciones que cumplen con esta fórmula

De acuerdo con la investigación, estas son las seis canciones de pop "perfectas" según los parámetros establecidos:

1.- The Beatles - Ob-La-Di, Ob-La-Da (1968)

2.- Genesis - Invisible Touch (1986)

3.- BJ Thomas - Hooked on a Feeling (1968)

4.- Jackson 5 - I Want You Back (1969)

5.- The La’s - There She Goes (1988)

6.- Van Halen - When It’s Love (1988)

La ciencia detrás del placer musical

El estudio demostró que la música puede evocar intensas emociones gracias a cómo nuestro cerebro procesa la información auditiva.

Cuando una canción alterna entre lo esperado y lo novedoso, se activan los circuitos de recompensa en el cerebro, liberando dopamina y creando una experiencia placentera.