El 14 de febrero, o Día de San Valentín, saca a flote el lado más romántico de cada persona. Se esté en pareja o no, esta fecha es una excusa perfecta para dedicar un dulce poema a los seres queridos.
En esta nota recopilamos cinco poemas de amor para que compartas con tu persona amada.
Llevo tu corazón en mí... – e. e. cummings
(Versión de Alfonso Canales)
Llevo tu corazón en mí (lo llevo,
en el mío) no lo dejo (dondequiera
que voy, tú vas, querida; y lo que hago
lo haces tú, queridísima)
no temo
al hado (dulce hado mío) no
quiero el mundo (tú lo eres, fiel belleza)
tú eres lo que una luna siempre ha sido
y lo que un sol entonará por siempre
he aquí el mayor secreto e ignorado
(aquí raíz de raíz brote del brote
sombra del árbol que se llama vida;
más alto que esperanzas y pensamiento)
y tal prodigio rige las estrellas
tu corazón en mí (va con el mío)
Mañana - Frank O'hara
Tengo que decirte
que te amo siempre
lo pienso en las mañanas
grises con la muerte
en la boca el té
nunca está bien caliente
entonces y el cigarrillo
seco la bata morada
me da frío te necesito
y miro por la ventana
la nieve silenciosa
De noche en el muelle
los buses brillan como
nubes y me siento solo
pensando en flautas
te echo de menos siempre
cuando voy a la playa
la arena está mojada con
lágrimas que parecen mías
aunque nunca lloro
y te llevo en mi
corazón con un humor muy
real del que estarías orgulloso
el aparcamiento está repleto y me quedo parado
sacudiendo las llaves el coche
está vacío como una bicicleta
qué estás haciendo ahora
dónde fuiste a comer
el almuerzo y tenía
muchas anchoas
es difícil pensar
en ti sin mí en
la oración me deprimes
cuando estás solo
Anoche había muchas
estrellas y hoy
la nieve es su tarjeta de
visita no seré cordial
no hay nada que
me distraiga la música es
solo un crucigrama
sabes lo que se siente
cuando eres el único
pasajero si hay un
lugar más allá de mí
te lo suplico no vayas
Amor eterno - Gustavo Adolfo Bécquer
Podrá nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la tierra
Como un débil cristal.
¡todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.
Tus ojos que antaño nunca se cansaron de los míos - W. B. Yeats
“Tus ojos que antaño nunca se cansaron de los míos,
Se inclinan hoy con pesar bajo tus párpados oscilantes
Porque nuestro amor declina”.
Y responde ella:
“Aunque nuestro amor se desvanezca,
Permanezcamos junto al borde solitario de este lago,
Juntos en este momento especial
En el que la pasión -pobre criatura cansada- cae dormida.
¡Qué lejanas parecen las estrellas,
Y qué lejano nuestro primer beso,
Y qué viejo parece mi corazón!”.
Pensativos caminan por entre marchitas hojas,
Mientras él, lentamente, sosteniendo la mano de ella, replica:
“La pasión ha consumido con frecuencia
Nuestros errantes corazones”.
Los bosques les rodeaban, y las hojas ya amarillas
Caían en la penumbra como desvaídos meteoros,
Entonces un animalillo viejo y cojo renqueó camino abajo.
Sobre él cae el otoño; y ahora ambos se detienen
A la orilla del solitario lago una vez más.
Volviéndose, vio que ella había arrojado unas hojas muertas,
Húmedas como sus ojos y en silencio recogidas
Sobre su pecho y su pelo.
“No te lamentes -dijo él- que estamos cansados
Porque otros amores nos esperan,
Odiemos y amemos a través del tiempo imperturbable;
Ante nosotros yace la eternidad,
Nuestras almas son amor y un continuo adiós”.
Cuando llegues a amar - Rubén Darío
Cuando llegues a amar, si no has amado,
sabrás que en este mundo
es el dolor más grande y más profundo
ser a un tiempo feliz y desgraciado.
Corolario: el amor es un abismo
de luz y sombra, poesía y prosa,
y en donde se hace la más cara cosa
que es reír y llorar a un tiempo mismo.
Lo peor, lo más terrible,
es que vivir sin él es imposible.