El single fue lanzado el 21 de Noviembre y el total del dinero recaudado será donado a Aegis, agrupación que lucha para regular la industria salmonera en Islandia, hogar de volcanes, fiordos, auroras boreales, y una naturaleza invaluable, que hoy está puesta en jaque. Las granjas de salmón son redes sumergidas en el océano, en donde los peces hacinados, contraen enfermedades, parásitos, y bacterias y son, por tanto, tratados con fuertes químicos y antibióticos que contaminan el agua.
“Esta industria libera desechos sin filtrar en nuestros océanos.” relata Jon, de The Icelandic Wildlife Fund (IWF). Excrementos, pesticidas, microplásticos y metales pesados son desechados en cantidades letales para la vida marina. Pero el pueblo islandés está al tanto, y son cada vez más quienes alzan su voz en contra de esta industria que “tiene un inmenso costo ambiental e impone un sufrimiento sin igual a millones de peces.”. Y así lo demuestra la investigación de Veiga Grétarsdóttir, kayakista y conservacionista que registró a los salmones desfigurados por piojos y bacterias en los corrales de Arctic Fish, de MOWI, que también opera en Chile.
Este es sólo el comienzo del problema. “Las granjas marinas amenazan la existencia misma del salmón salvaje” cuenta Elvar de la “North Atlantic Salmon Fund”, (NASF). Las fugas de estas granjas suceden regularmente. El salmón exótico ingresa al mar y a los ríos de forma masiva transmitiendo parásitos y enfermedades, acaparando el alimento, y cruzándose con la especie nativa. Es un desastre ecológico y este año alcanzó los titulares de Islandia cuando miles de salmones escaparon de las jaulas de Noruega, Acrtic Fish.
En la última década, debido principalmente a grandes inversiones noruegas, las granjas pesqueras en Islandia se multiplicaron por 10, siendo el 99% para cría de salmón que, en su mayoría, se exporta y consume en Europa. “Los islandeses no lo consumen, es el negocio de la exportación el que sostiene a la industria.”. De hecho, las encuestas indican que más del 60% de los Islandeses están en contra, entre ellos Bjork. “Björk se puso en contacto con nosotros el verano pasado. Está personalmente involucrada.” nos cuenta Jon.
Con más de 3 décadas de activismo, la artista es una gran defensora de la naturaleza en su país natal. “Tenemos el área natural prístina más grande de Europa y muchos de nosotros nos sentimos guardianes de este lugar.” comenta en entrevista con The Guardian. Comprometida con detener la cría intensiva de salmón que atenta contra el equilibrio ecológico de Islandia, y visibilizar la problemática más allá de las fronteras, decidió unir fuerzas con Rosalía.
La artista catalana que está causando sensación a nivel mundial y tiene más de 28 millones de seguidores en instagram, aporta su voz y “un estilo de reguetón 2023”. “Lo increíble de tener a Rosalía en esto es poder alcanzar a una audiencia de habla hispana y a los países en los que esto es un gran problema.” cuenta Bjork, refiriéndose entre otros a Chile.
El caso de Chile
Chile es el segundo productor de salmón de criadero a nivel mundial y exporta a más de 100 países, entre ellos Estados Unidos, Brasil y Argentina, según datos de la “Asociación de la industria del salmón en Chile”. Desde esta industria se afirma que el salmón producido es saludable y que viene de aguas prístinas. Y en tanto que lo primero ha sido ampliamente descartado por expertos debido a los químicos utilizados en su producción, lo último es casi cierto. En Chile, la industria salmonera tiene más de 400 licitaciones operando en áreas protegidas, cuyas aguas prístinas son convertidas en “zonas muertas", debido a los altos niveles de contaminación que dejan sin oxígeno al lecho marino, impidiendo el desarrollo de vida.
Una de esas áreas es la reserva nacional Kawésqar, un paraíso natural de la región magallánica que es parte del territorio del pueblo Kawésqar, que lo habita hace más de 6000 años. A pesar de la expresa oposición de su pueblo, la reserva tiene más de 60 concesiones operando dentro. “Nuestro territorio ancestral está siendo destruido por esta industria que posee además un alto lobby político, tanto así que la ministra de medio Ambiente Maisa Rojas no nos ha recibido nunca, lo mismo pasa con el gobernador de Magallanes Jorge Flies que no ha completado una agenda ni siquiera informativa con nuestras comunidades” cuenta Leticia Caro, miembro Comunidad Kawésqar Grupos Familiares Nómades del Mar.
Con quienes sí cuenta, es con el apoyo de organizaciones locales e incluso de la marca de indumentaria outdoor Patagonia, que está comprometida desde sus orígenes con la conservación de la naturaleza en la región que le da nombre. Macarena Sánchez, gerenta de marketing y medio ambiente de la misma, expresa “queremos un plan colectivo desde las diferentes áreas de la sociedad para tener áreas marinas protegidas sin salmoneras y seguiremos trabajando para que ello se cumpla". Tal es así, que ella misma participó en la producción de “Corazón Salado”, un cortometraje documental donde el propio fundador de Patagonia declaró “destruyen una zona, levantan todo y se trasladan a otra”, al referirse a las empresas salmoneras.
Y es que las salmoneras han sido descubiertas infringiendo las regulaciones de producción e impacto ambiental de manera sistemática pero el estado continúa tramitando nuevas concesiones al interior de las áreas protegidas. Por ejemplo, a Nova Austral, que en 2019 fue protagonista de un escándalo internacional por falsificar sus datos y ocultar su impacto dentro del Parque Nacional Alberto de Agostini, según nos cuenta Daniel Casado, de Centinela Patagonia y Tanana Pictures que al igual que Patagonia Inc, Defendamos Chiloé, IWF y NASF. forman parte de una alianza global contra las salmoneras, la “Global Salmon Farming Resistance”.
Una alianza global nacida en el sur de Argentina
La GSFR es una alianza que nació durante la lucha contra las salmoneras en Argentina, en el año 2021, luego de que inversores noruegos intentaran instalarlas en el Canal de Beagle. Pero la comunidad de Tierra del Fuego, los activistas y las organizaciones locales lograron lo que nadie en el mundo había podido antes.
Hoy, la GSFR, liderada por la “Fundación Por el Mar” (PEM) en Argentina, cuenta con alrededor de 60 miembros, de más de 15 países, que se articulan para impulsar las luchas alrededor del mundo. “La industria salmonera impacta de igual manera en todos los países donde opera” explica Catalina Cendoya, directora de la alianza. “Nuestro lema Problemas globales, soluciones locales refiere a que las campañas locales pueden tener un impacto global cuando se amplifican a través de la colaboración.” Luego de que Argentina se convirtiera en el primer país en expulsar a esta industria de sus aguas, las Islas Malvinas y el Estado de Washington prohibieron las granjas a red abierta, y en Columbia Británica se planea sacarlas del agua para 2025.
Sin embargo, la industria salmonera continúa creciendo, y buscando reubicarse en las aguas más prístinas y salvajes del planeta. Al respecto, Jon de IWF concluye: “La única manera de detener esta industria es dejar de consumir salmón de criadero” que representa más del 80% del consumo a nivel mundial. Así, el rol de artistas de reconocimiento internacional como Bjork y Rosalía, y la participación en una alianza global que potencia sus campañas, es fundamental. Hoy la noticia cruza las fronteras y el mar, volviéndose visible a una sociedad de consumo cuya responsabilidad y conciencia es una piedra angular en la conservación de los mares del mundo.