En el complejo mundo de las relaciones, hay un instante preciso en el que todo cambia, un punto de no retorno que marca el final de una historia compartida. Identificar este momento puede ser doloroso, pero reconocerlo a tiempo es clave para tomar decisiones saludables.
En esta línea, un reciente estudio logró identificar que la fase final de una relación sentimental no surge de la nada y típicamente transcurre en dos etapas distintas: un descenso gradual de la satisfacción y un punto de transición crítico que ocurre aproximadamente uno o dos años antes de la ruptura.
Ciclos de satisfacción en relaciones duraderas
El hecho de que la satisfacción con la relación disminuya generalmente a lo largo de una relación amorosa es conocido desde hace tiempo y no es motivo de preocupación. Según el estudio presentado en el Journal of Personality and Social Psychology, este descenso ocurre especialmente en los primeros años de convivencia, y a menudo se produce un punto bajo específico después de diez años.
Janina Bühler, de la Universidad de Maguncia, junto con Ulrich Orth, de la Universidad de Berna, analizó las relaciones y su disolución desde el final de la relación y para ello utilizaron datos de cuatro estudios representativos que abarcaban un total de 11.295 individuos, con un grupo de control de aproximadamente el mismo tamaño formado por parejas que no se habían separado. Las encuestas se realizaron durante periodos entre 12 y 21 años.
Estudios longitudinales revelan patrones de separación
Durante los estudios longitudinales, se preguntó regularmente a los participantes sobre su relación y su vida. "Esto significa que las declaraciones no se hicieron retrospectivamente, sino que podemos seguir exactamente cómo se produjo la separación", explicó Bühler.
Según esto, la satisfacción con la relación en las parejas que se separan disminuye primero gradualmente, a veces durante muchos años, hasta que se produce el "gran punto de inflexión". Después de este punto, las parejas estudiadas se separaron entre 7 y 28 meses después, todas ellas. "Una vez alcanzada esta fase, más tarde la separación ocurre sin excepción", dijo Bühler.
Los miembros de la pareja no viven la fase de transición de la misma manera. Según la Universidad de Maguncia, la persona que inicia la separación ya estaba insatisfecha con la relación en un momento anterior, mientras que para quien recibe la noticia de separación, el punto de transición llega relativamente poco antes de la ruptura real, experimentando un descenso muy rápido de la satisfacción.
A menudo las parejas buscan ayuda profesional solo en el punto de inflexión, es decir, cuando generalmente ya es demasiado tarde. Así que, si se busca salvar o mantener tu relación, la respuesta no es un esfuerzo desesperado por reavivar esa chispa perdida, sino asegurarse de que, para empezar, nunca salgan.
"Sé consciente de estos patrones de relación", aconsejó Bühler. "Iniciar medidas en la fase preterminal de una relación, es decir, antes de que empiece a ir rápidamente cuesta abajo, puede ser así más eficaz e incluso contribuir a preservar la relación", agregó la psicóloga.