En unas pocas samanas el invierno ha traído bajas temperaturas, históricas inundaciones y las ganas de comer comidas calientes, pero también la aparición del Trastorno Afectivo Estacional(TAE), conocido comúnmente como "Depresión Estacional".
Este fenómeno, que involucra cambios en el estado de ánimo y que se vincula directamente con la disminución de la luz, tiende a afectar con más frecuencia a aquellos con historiales de cuadros depresivos, especialmente una vez arribados los meses de otoño e invierno.
A qué edad es más frecuente el Trastorno Afectivo Estacional
Cabe señalar que las personas que tienen mayor posibilidad de desencadenar TAE son aquellas más sensibles y es más frecuente en personas de 18 a 30 años, aunque se puede desarrollar a cualquier edad. También pueden verse afectados quienes viven lejos de la línea del ecuador, porque están expuestos a menos luz solar.
Según la psicóloga y Doctora en Psicoterapia de la Facultad de Psicología y Humanidades de la Universidad San Sebastián (USS), Paula Dagnino, el Trastorno Afectivo Estacional es causado por los cambios de luz solar entre estaciones.
“Se ha planteado que aquellas personas que lo padecen presentan menos serotonina en el
cerebro, la cual podría afectarse por la luz solar a nivel molecular y disminuir en épocas de
poca luz. También se ha planteado que la falta o deficiencia de vitamina D podría influir, ya
que es la vitamina que promueve la serotonina”.
La Psicóloga USS además explica que la "Depresión Estacional" tiende a afectar en mayor proporción a las mujeres. Tal aserción se encuentra respaldada por la labor investigativa de otros entes de salud internacionales, tales como el hospital John Hopkins de Estados Unidos, y el Instituto Nacional de Salud Mental de este país.
Agregando a lo anterior, Dagnino lista los siguientes síntomas como los principales del Trastorno Afectivo Estacional:
- Sentirse desesperanzado o pesismista.
- Tener sentimientos de irritabilidad, frustración o desasosiego.
- Padecer dolores o molestias físicas, como dolores de cabeza, calambres o problemas digestivos que no tienen una causa física clara ni desaparecen con tratamiento.
- Tener dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones.
Para el Trastorno Afectivo Estacional de patrón invernal, los síntomas adicionales pueden incluir:
- Dormir demasiado (hipersomnia).
- Comer en exceso, especialmente tener antojos de carbohidratos, lo que origina un aumento de peso.
- Retraerse socialmente (sentirse como que “quiere hibernar”).
Tratamiento del Trastorno Afectivo Estacional
Respecto a planes de acción, se recomienda que si usted o algún conocido sufre de los síntomas anteriormente listados, que consulte con un especialista de salud mental. A partir de la recolección de la historia del paciente y sus vivencias en otoños e inviernos pasados, este profesional podrá evaluar si se trata de un Trastorno Afectivo Estacional o un trastorno depresivo. Por esta razón, NO se recomienda el autodiagnóstico o la medicación propia.
Una vez identificado el Trastorno Afectivo Emocional, los tratamientos para esta enfermedad van desde la psicoterapia, fototerapia (con luz), medicamentos y suplementación de vitamina D, todos los cuales
pueden ser complementarios.