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Acné en la adultez: sus efectos y consejos clave para tratar correctamente esta enfermedad

Si bien es una enfermedad asociada a la adolescencia, también afecta al 35% de mujeres de entre 30 a 39 años y al 26% de entre los 40 y 49 años, Puede tratarse con medicamentos orales, cremas y tratamientos láseres y peelings.

24horas.cl

Lunes 21 de octubre de 2024

El acné es una enfermedad dermatológica inflamatoria, de base genética, pero con múltiples causas que representa un verdadero "fantasma" para millones de adolescentes y jóvenes en el mundo. El 90% de ellos lo padecen o padecerán antes de los 25 años.

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Si bien está bastante normalizado, muchas personas ni siquiera saben que es una enfermedad y que necesita un tratamiento desde su aparición. Según la Sociedad Chilena de Dermatología y Venerología (Sochiderm), afecta a más del 85% de la población general.

Para la doctora Elizabeth Valle, dermatóloga de Clínica Maat, se debe "desmitificar que el acné solo aparece en la adolescencia. Yo veo muchísimo acné en la mujer adulta, es un diagnóstico muy frecuente. Es recurrente que veamos estos casos a los treinta y tantos, cuarenta o cuarenta y cinco años, sobre todo, brotes por cambios hormonales, aunque las causas son multifactoriales".

Esta enfermedad afecta, según el Departamento de Dermatología de la Universidad Católica, al 54% de las mujeres en edad adulta, es decir, mayores de 25 años. Por su parte, la Academia Americana de Dermatología entrega otra estadística que sorprende: una de cada seis mujeres de 50 años o más padece acné, aunque la mayoría de los casos en adultos se da entre los 30 y los 45 años.

Principales causas del acné

Las causas más frecuentes del acné son:

  • trastornos hormonales
  • cambio de método anticonceptivo o suspensión de éstos
  • uso de maquillaje excesivo o productos cosméticos
  • alimentación
  • ingesta de algunos medicamentos
  • estrés

El acné en las mujeres de edad adulta se localiza en zonas distintas que el acné en la adolescencia. Sus lesiones pueden ser nodulares, profundas e inflamatorias.

Aparecen en el tercio inferior de la cara, es decir, en el mentón, ángulos mandibulares y cuello superior, lo que genera gran impacto en la autoestima de las mujeres, que no imaginan tener que lidiar con esta enfermedad después de la adolescencia.

Importancia del diagnóstico y manejo precoz

El acné puede complicarse y dejar cicatrices profundas, marcas o manchas. En ese contexto, la doctora Valle recomienda a las mujeres que "si van a cambiar de anticonceptivo o suspenderlo, visiten al dermatólogo antes".

Si el brote ya ocurrió, la especialista aconseja "dejar una rutina adecuada para tratar estas lesiones, prevenir que la zona siga inflamándose y, por sobre todo, frenar el avance de ese acné".

En la última década, el acné en mujeres adultas de todo el mundo ha aumentado en 10%. Un estudio sobre el tema reveló que el 75% de las mujeres que padece acné después de los 30 años, se sienten avergonzadas o frustradas por esta enfermedad, lo que podría provocar ansiedad, depresión o aislamiento social.

Consejos clave para tratar el acné

Los tratamientos para el acné van desde medicamentos orales como antibióticos o anticonceptivos con efecto antiandrogénico (anti
testosterona), y también hay cremas y lociones con ácido salicílico o retinoides, que exfolian y ayudan a limpiar granos y comedones abiertos (popularmente llamados ‘puntos negros’).

Las opciones incluyen desde antibióticos de la familia de las tetraciclinas, cremas con antibióticos como la clindamicina o peróxido de benzoilo, cremas especialmente formuladas llamadas recetas magistrales, hormonas, en casos severos un derivado de la vitamina
Ha llamado isotretinoína, e incluso algunos diuréticos como la espironolactona, todos orientados a controlar los brotes.

Una buena manera de controlar el acné es combatir la obstrucción de poros, y así evitar la aparición de comedones y granos. Para ello, es clave mantener la piel limpia y exfoliar suavemente (pero no en exceso), para que los poros no se tapen con grasa y suciedad acumulada.

La idea es que la persona incorpore el uso de productos antiacné en su rutina diaria de limpieza facial. En el caso de las mujeres, es preferible que el maquillaje sea retirado de manera diaria y ojalá preferir marcas no-comedogénicas, es decir, que no causan obstrucción de poros y, por lo tanto, no propician la aparición de comedones.

Lo mismo es válido para bloqueadores solares y otras cremas y lociones de uso cosmético.