El pasado 15 de agosto Martín Arriaza, un niño de dos años, fue a pasear al Laberinto de San Fernando y terminó con una grave lesión que casi le cuesta la vida.
El hecho ocurrió a raíz de que el menor de edad fue impactado por un elemento metálico que cayó inesperadamente mientras jugaba en una atracción inflable.
"Con urgencia necesitamos operar a Martín para reconstruir su cabeza y necesitamos 25 millones de pesos que en este momento no tenemos", expresó la madre del niño.
Asimismo, la hundidura que sufrió su cabeza podría tener consecuencias mortales en caso de que se caiga o incluso si se rasca: “Cualquier roce o golpe podría ser mortal”, detalló su padre, Gustavo Arriaza, a El Tipógrafo.
Quienes deseen colaborar con la colecta pueden escribir directamente al Instagram @todosconmartin, en donde podrán encontrar los datos de transferencia de los padres.