La laringomalacia es una enfermedad congénita y es conocida por ser una causa habitual de la respiración ruidosa en los bebés.
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Según la Clínica de Cleveland de Estados Unidos, esta es una condición "extremadamente común" en bebés, y afirman que más de la mitad de todos los recién nacidos "tienen laringomalacia durante la primera semana de vida, y aún más la desarrollan entre las dos y las cuatro semanas de vida".
*El presente artículo expone datos científicos de diversas fuentes respecto a la laringomalacia y no pretende de ninguna manera sustituir una consulta médica. Ante dudas, la recomendación es siempre comunicarse con especialistas o expertos.
Laringomalacia: ¿qué es?
La laringomalacia es una enfermedad en la que el tejido blando que está por encima de las cuerdas vocales cae en la vía respiratoria cuando un niño respira, lo que provoca estridor, explica Stanford Medicine Children's Health.
La entidad especifica que el estridor es un término médico para describir "respiración ruidosa" y que el estridor de la laringomalacia es un sonido agudo que se escucha mejor cuando el niño inhala.
Red Salud UC Christus puntualiza que la laringomalacia es el trastorno laríngeo congénito más frecuente en el recién nacido y en el lactante, y que representa entre el 50% a 75% de los casos de estridor laríngeo en este grupo.
¿Qué provoca la laringomalacia?
Como causa de la laringomalacia, Stanford Medicine Children's Health indica que es posible que durante el desarrollo fetal, las estructuras rígidas de la laringe no se desarrollen por completo.
Lo anterior llevaría a una "debilidad en estas estructuras al nacer, lo que provoca que se colapsen durante la respiración, lo que genera estridor".
Síntomas de la laringomalacia
UC Christus menciona que el síntoma principal y dominante es el estridor, que es un "ruido inspiratorio de intensidad variable, que aparece pocos días o semanas después del nacimiento, que aumenta cuando el niño se agita y puede disminuir al acostarlo sobre el abdomen o extender su cuello".
Nemours KidsHealth profundiza en que la mayoría de los bebés con esta afección tienen síntomas leves. Sin embargo, entre los síntomas más graves pueden estar:
- Tener dificultades para respirar (fíjese si su bebé tiene tirones o contracciones en el pecho o el estómago al respirar)
- Tener dificultades para alimentarse
- Tener una escasa ganancia de peso
- Hacer pausas al respirar (apnea)
- Tener la piel o los labios azulados (cianosis)
En esta línea, desde UC Christus enfatizan que se debe consultar al médico siempre que el niño presente ruidos extraños al respirar, dificultad respiratoria o cansancio al llorar o alimentarse.