Cuando se presentó el plan en 2015, muchos observadores quedaron asombrados por su envergadura y audacia, pues "Visión 2030", el gran proyecto de Arabia Saudita, incluía ambiciosos planes: una pista de esquí en el desierto, una ciudad dedicada exclusivamente al deporte y el entretenimiento, sin autos y neutra en carbono, eran sólo algunos de ellos.
"Neom", el nombre de la megaciudad impulsada por el príncipe heredero Mohamed bin Salman, pretendía cambiar la percepción del país religiosamente conservador en el ámbito internacional con una gran cuota de modernización.
Sin embargo, algunas cosas han cambiado desde 2015, hasta el punto de que varios ministros ya explicaron en los últimos meses cómo y en qué medida se reducirá la "Visión 2030".
En diciembre, el ministro de Finanzas, Mohamed al-Jadan, anunció que se retrasarían algunos proyectos. Y es que, según los analistas, la dependencia del precio del petróleo hace que los proyectos de "Visión 2030" sean susceptibles a las fluctuaciones.
¿Peligra "Visión 2030"?
"Dada la combinación de factores, sólo se puede concluir que Arabia Saudí está haciendo actualmente algunos malabarismos con la política económica", afirma Robert Mogielnicki, del Arab Gulf States Institute, en Washington.
Sin embargo, para Mogielnicki, la situación de "Visión 2030" no es ni tan espectacular ni tan desastrosa como a veces se retrata. "La realidad se encuentra en un punto medio".
También cree que los saudíes "aún pueden jugar muchas cartas" a la hora de hacer realidad sus planes de futuro. Sin embargo, el proyecto se tambalea actualmente y aún queda mucho trabajo por hacer.